Cuando llegaron los colonos europeos al Sur de África se encontraron que el pueblo de los khoikhoi —hombres de los hombres— usaban a un perro semidomesticado para diferentes trabajos como, por ejemplo, proteger el ganado. El prolífico historiador George McCall Theal lo describió como “una criatura fea, con el cuerpo en forma de chacal y con el pelo de la espina vuelto hacia adelante, pero era un animal fiel y útil”. La característica física más notable era su cresta en el lomo que crecía en sentido contrario, pero sobre todo a los colonizadores les sorprendió su gran habilidad para la caza.
El perro león de van Rooyen se apodaba así por una razón; era el mejor para cazar leones. En las jaurías, uno de ellos se encaraba a la presa, mientras el resto de perros le cortaba el paso. Entonces empezaba una exhibición de agilidad, un tira y afloja entre canes y león (o leona), un constante acosamiento hasta que el rey aturdido y acorralado se convertía en un tiro fácil para el hombre. Estos perros también eran utilizados para cazar otros animales, como cerdos salvajes o babuinos, a los que podían llegar a matar por cuenta propia. En aquella época, todo cazador quería un perro león y, en poco tiempo, su valor y coraje lo hicieron famoso más allá de Rodesia y del sur de África. Antes, no obstante, en la década de 1920 se aprobó el estándar para la raza, propuesto por el inglés Francis Richard Barnes, y se le rebautizó como el crestado de Rodesia, aludiendo a su peculiar cresta —herencia de los perros khoikhoi— y a su origen africano.
Con la llegada de rifles de largo alcance equipados con visores telescópicos, muchos cazadores empezaron a prescindir del uso de perros y al crestado rodesiano se le otorgó el cargo de perro guardián. A pesar de ser musculoso e imponente, tiene un lado sensible y protector con la familia, niños incluidos. Para su cuidado, acepta la corrección siempre y cuando sea justa, justificada y provenga de un conocido en quien confía. También se debe considerar que “un trato duro… nunca debe ser administrado a estos perros, especialmente cuando son jóvenes”— como ya apuntaba Barnes en el estándar de la raza— . El perro crestado de Rodesia es fiel a sus criadores así como lo fue su antepasado con el pueblo de los khoikhoi.
Más allá de la legitimidad del uso, a lo largo de la historia los humanos hemos criado y domesticado múltiples razas de perros para que nos ayudarán en diferentes tareas. Hoy en día, muchas de estas están obsoletas, pero las razas caninas han permanecido bajo un concepto de marca comerciable. Una compañía, para el hombre y la mujer, con denominación de origen. El problema de muchos perros con pedigrí es que sufren enfermedades genéticas después de tantos años de endogamia. El caso del crestado de Rodesia es solo un ejemplo.