Al contrario de lo que ocurre con la mayoría de los humanos, los lobos ibéricos sufren altos niveles de estrés durante el verano, la época en la que la especie cría y que coincide con la mayor afluencia de turistas a los espacios naturales donde habita.
Si hay unos lobos que sufran especialmente esta circunstancia son los de la Sierra de la Culebra (Zamora), la zona más importante de turismo lobero en España, y por ello Isabel Barja, bióloga de la Universidad Autónoma de Madrid, está investigando allí si los altos niveles de estrés de los animales son debidos a la presencia de turistas.
"El estrés a corto plazo es bueno, porque es adaptativo, pero si el agente estresante es a largo plazo, puede provocar supresión inmunológica o reproductora, úlceras y patologías que afectan a la eficacia biológica", ha explicado Barja.
Para medir el grado de estrés fisiológico en el lobo, y en otros mamíferos como el gato montés o la marta europea, Barja y el resto del equipo de la investigación analizan la concentración de cortisol en las heces de los animales.
"Hemos visto con la marta europea que los niveles de estrés son mucho mayores en la zona del parque donde puede acceder el público, mientras que en la de acceso restringido los animales tienen niveles de estrés mucho más bajos", ha puntualizado Barja.
Aunque el estudio está aún en una fase preliminar, los primeros resultados apuntan a que en el lobo existe la misma particularidad, y que en esta especie "el estrés es mayor durante la época de cría de los cachorros, que coincide con el periodo de máximo turismo, julio y agosto".
Animales jerarquizados
Los lobos viven en manadas, en las que hay un macho y una hembra dominantes, que son los únicos que se reproducen. Una teoría anterior afirmaba que los niveles de estrés de los subordinados, mayores que los de los dominantes en cautividad, inhibía a aquellos de reproducirse. Cuando hay un conflicto entre lobos en cautividad, "los subordinados tienen que aguantar las humillaciones de los dominantes, pero en el campo pueden escaparse y esperar un tiempo para volver", ha aclarado Isabel.
Al observar a los animales en libertad, el equipo de investigación ha concluido que los niveles de estrés son mayores en los dominantes, porque les cuesta más mantener su estatus y dirigir todas las actividades del grupo. "Son los dominantes quienes están más estresados, con lo que ya no se puede explicar esta inhibición de la reproducción por niveles crónicos de estrés", sino que "probablemente" se deba a factores sociales, según Barja.
Las investigaciones indican que el macho dominante intimida y agrede al resto de lobos para defender su autoridad e impedirles que se reproduzcan, pero fisiológicamente los subordinados "serían perfectamente capaces de hacerlo".
Habrá que esperar hasta marzo del próximo año para conocer los resultados definitivos del estudio, y saber si la presión turística tiene un mayor peso en el estrés del lobo que los factores ecológicos, como la disponibilidad de alimento, la época, la temperatura o la humedad.
Publicado en RTVE