En su primera semana en Francia de vuelta de vacaciones y de un tour
de reuniones por distintas ciudades europeas, la cumbre de jefes de
Estado europeos y africanos era el formal encuentro que protagonizaba la
jornada del lunes. Sin embargo, una simpática escena vino a dar color a la reunión cuando, para sorpresa de todos, Nemo, el nuevo perro de Emmanuel Macron salía junto al Presidente a recibir al resto de mandatarios, engalanado con un collar rojo.
Se trata de un ejemplar de casi dos años, un labrador negro cruzado con grifón,
que el matrimonio recuperó este mismo domingo (la noticia es del 30 de agosto) en un refugio de la
Sociedad Protectora de Animales (SPA), en la localidad de Tulle, en el
centro de Francia. La misma ciudad, por cierto, donde François Hollande
fue alcalde y donde ha vuelto a instalarse después de dejar el Elíseo.
Según contaba este lunes el diario 'Le Figaro', Brigitte Macron acudió al refugio a principios de mes para
conocer las instalaciones en un centro de la región parisina, ver los
animales y dar algunas indicaciones de lo que buscaban. La asociación
pensó en este juguetón perrito llamado Marin, que se encontraba en Tulle,
y, según cuentan, tanto Emmanuel como Brigitte Macron quedaron
prendados de él en cuanto lo vieron. El francés pagó los 250 euros que
exige una adopción de este tipo y se negó en rotundo a que se lo
regalaran la SPA , como propusieron en un principio.
Macron,
que siempre ha destacado su faceta literaria -llegó a escribir un libro
aunque solo su esposa ha podido leerlo-, lo ha bautizado como Nemo, en
honor al capitán de Veinte mil leguas de viaje submarino, la famosa
novela de Julio Verne, y una de las favoritas del Presidente. Un ejemplo
para el país con más abandonos de animales. "Que un presidente adopte es un acto inédito con un fuerte simbolismo.
Es el 'primer perro' de Francia y estamos muy orgullosos", contaba
Natacha Harry, la presidenta de SPA en las páginas de 'Le Figaro'.
Así,
Nemo pasó a ser este domingo el "primer perro de Francia", siguiendo
con una larga tradición que remonta a Georges Pompidou. La vida de
François Mitterrand quedó marcada por Baltique, la labradora negra que
acompañó al socialista durante sus últimos años de vida y cuya imagen,
esperando ante la iglesia en la que se celebraba el funeral del
presidente, quedó en el recuerdo de todos los franceses. También Sarkozy
tuvo un labrador, beige en este caso, y hasta hace aún unos años
sonaban los ecos de los históricos muebles del palacio del Salón de Plata, que tuvieron que ser restaurados
tras ser mordidos y arañados por las mascotas del conservador, lo que
costó unos 6.000 euros. La última inquilina perruna fue Philae, un
regalo a Hollande de la Federación de Antiguos Combatientes Franceses de
Montreal, en 2014. La perrita, de nuevo una labradora negra, vive
todavía con el expresidente.
Mientras tanto, y a la espera de las
imágenes de Nemo que queden también para la historia, la Sociedad
Protectora de Animales ha agradecido el gesto en pleno verano, cuando
las cifras se multiplican. En 2016, los refugios de SPA recogieron cerca de 60.000 mascotas,
el record hasta la fecha, con un 24% más de abandonos que el año
anterior. Francia es el país de Europa donde más animales son dejados
por sus propietarios, en muchos casos por el comportamiento de la
mascota pero también por traslados, cuestiones familiares o problemas
económicos.
NEMO HACE PIPÍ EN LA CHIMENEA DEL ELISEO DURANTE UNA REUNIÓN DE ESTADO
El perro del presidente francés, Emmanuel Macron, orinó en una
chimenea del Palacio del Elíseo delante de las cámaras mientras que el
presidente estaba reunido con tres secretarios de Estado, según se
aprecia en un vídeo emitido el domingo por la cadena LCI.
En las imágenes se ve cómo la conversación entre Macron y sus tres invitados se interrumpe con el sonido del perro, Nemo, orinando en la lujosa chimenea. Todos rompen a carcajadas.
"El
perro está haciendo algo nada corriente", comenta el presidente. "¿Pasa
esto a menudo?", pregunta Julien Denormandie, secretario de Estado en
el Ministerio de Cohesión Territorial. "No", contesta Macron riendo
sarcásticamente, "han provocado en mi perro un comportamiento totalmente anormal".
Ésta
no es la primera vez que Nemo participa de las reuniones de Estado de
Macron. La mascota presidencial ya se dejó ver durante la visita del
presidente de Niger, Mahamadou Issoufou. Nemo se convirtió en el
principal reclamo de periodistas y curiosos con su simpático
recibimiento al invitado.
Ya desde su llegada al Elíseo, Nemo
llamó la atención de todos. Tanto, que cuenta incluso con cinco cuentas
no oficiales en la red social Twitter.
Puedes ver la secuencia AQUÍ