En Navidades, el trasiego de alimentos especiales para festejarlas puede
hacer que se caiga en más de un error. Y es que algunas de las comidas
navideñas pueden resultar perjudiciales y ser alimentos tóxicos para el gato. En este artículo se ofrece una lista de comidas de Navidad que el felino debe evitar, como el salmón
ahumado, el paté, el marisco, el queso curado, el chocolate, los
embutidos, el pescado crudo, la cebolla, así como el café y el alcohol.
Alimentos peligrosos para el gato en Navidad
Los hábitos sociales y de consumo cambian en Navidad. Las reuniones con
familiares y amigos invitan a tirar la casa por la ventana y los
atracones de comida pasan factura a la salud.
Los gatos no resultan una excepción con los excesos navideños: una clínica veterinaria puede ver aumentadas sus consultas en un 20% con felinos que padecen problemas de salud derivados de una incorrecta alimentación del animal durante la Navidad.
Los mininos que comen más cantidad de la habitual y varían su dieta con
alimentos que proceden de las mesas navideñas pueden padecer vómitos, diarreas, indigestión o gastroenteritis.
"Los gatos suelen ser de tamaño más pequeño que los perros y, aunque
ingieran una cantidad que para una persona puede parecer pequeña, como
tres gambas, para un felino esta porción equivale a un atracón de
alimentos", explica Manuel Lázaro, veterinario.
1. Alimentos peligrosos para el gato: salmón ahumado, paté y queso
El salmón ahumado, los patés y el queso curado son alimentos ricos en
grasa que alteran el ciclo digestivo del gato e implican un esfuerzo
excesivo para su estómago.
"Las consecuencias de la ingestión de estos alimentos en grandes cantidades por parte del felino son episodios de gastroenteritis, con vómitos, malestar y diarrea", explica Ignacio Arija, veterinario y experto en nutrición animal de la Universidad Complutense de Madrid.
2. El marisco en Navidad para el gato, un riesgo
Las gambas y los langostinos,
alimentos típicos en las mesas navideñas, son ricos en proteínas. Por
ello, ingeridos en grandes cantidades, pueden resultar indigestos para
el gato. En cualquier caso, los alimentos crudos suponen un riesgo sanitario para el felino, porque puede contraer parásitos intestinales.
3. Chocolate, un dulce que puede resultar amargo para el gato
Los dulces navideños con chocolate resultan tóxicos para el gato. La
razón es que contienen teobromina, una sustancia que ingerida en grandes
cantidades provoca aceleración del ritmo cardíaco, diarreas y vómitos en el felino.
La teobromina en el organismo del gato le puede producir la muerte,
porque "se elimina de manera muy lenta y resulta tóxico para el animal,
aun en pequeñas cantidades", advierte Juan Antonio Aguado, veterinario y
profesor universitario.
4. Embutidos de Navidad y gatos
Los embutidos tienen una mayor concentración de sal de la recomendable
para el felino. Las consecuencias para el felino que ingiere este tipo
de alimentos son hipertensión en el animal y problemas circulatorios. Además de sal, los embutidos poseen una elevada cantidad de grasa, que puede derivar en una pancreatitis aguda al gato.
5. El pescado crudo, fuente de parásitos para el gato
El pescado crudo puede contener un parásito llamado anisakis,
que solo se elimina cuando se cocina o congela el alimento. Las
vísceras crudas del pescado tampoco son recomendables para la salud del
felino, ya que poseen una enzima que ocasiona deficiencia de vitamina B en el organismo.
6. La cebolla, una verdura peligrosa para el gato
Un alimento que resulta muy tóxico para el gato es la cebolla. La razón es que contiene disulfuro, una sustancia que origina la oxidación de los glóbulos rojos y su rotura, lo que provoca anemia
en el minino. Por ello, en Navidad conviene mantener al felino alejado
de cualquier alimento que contenga cebolla, por pequeña que sea la
cantidad.
7. Café y alcohol, incompatibles con la salud del gato
El alcohol, por razones evidentes, no es recomendable para el gato, puesto que puede resultar intoxicado,
aunque la cantidad que ingiera sea pequeña. Lo mismo ocurre con el
café, cuyo estimulante, la cafeína, puede producir en el animal graves trastornos en el sistema nervioso.
El sistema hepático del gato, además, carece de la capacidad de procesar
sustancias estimulantes y etílicas. Por ello, si el felino pesa poco,
aunque tome poca cantidad de este tipo de sustancias, puede tener graves
consecuencias para su salud.