El
 lengüetazo en el rostro es un gesto de cariño de nuestro can, frecuente
 cuando estamos tristes para expresar su apoyo al dolor 
 
El perro demuestra su afecto por las personas de muchas formas. Una de ellas: a través de la lengua. Los lametones del can en la cara, e incluso en las orejas del dueño, no son extraños. Es un cariñoso (y húmedo) beso,
 en versión canina. Hay estudios que afirman que, además, el animal 
recibe información de nosotros a través de este músculo. Ello explica 
que el can sea capaz de saber si estamos tristes o, por el contrario, rebosamos alegría. Ya desde cachorro, el perro aprende a "hablar" con su lengua. Todas estas claves se explican a continuación.
 
En ocasiones, para demostrar su cariño. Otras veces, para decirnos que nos acepta como jefe de la manada. El lametazo del perro es un gesto con el que el animal nos aporta mucha información. 
 
El lametazo del perro: un cariñoso y húmedo beso
Hay besos de muchos tipos. Los hay que expresan amor, afecto, deseo. 
Fugaces o prolongados. Y, en el caso del perro, los besos son, sobre 
todo, húmedos. "El lamido del perro es el equivalente humano de la caricia o de un beso cariñoso", explica el veterinario Manuel Lázaro. El perro utiliza su lengua para expresar su estima por las personas.
Sin embargo, a pesar de su intensidad, hay poco de erotismo en el potente lametazo en la cara
 que pueda proporcionarnos un perro. Más bien, es un afectuoso modo de 
reconocernos, explorarnos y, con ello, saber más de nosotros. "El animal
 utiliza su lengua para relacionarse y explorar su entorno", añade 
Lázaro. Y ello, cuando recibimos un lengüetazo de nuestro peludo amigo, 
nos incluye a nosotros. 
 
El perro nos conoce, también, a través de su lengua
Los amantes de los animales siempre lo han sabido. Pero ahora la ciencia
 parece apoyar también la idea de que el perro es el mejor amigo de las 
personas. Un estudio del departamento de Psicología de la Universidad de Londres revela que el can responde a las emociones humanas y que es sensible a nuestra tristeza y angustia.
En Empathic-like responding by domestic dogs to distress in humans,
 una investigación dirigida por las doctoras Deborah Custance and 
Jennifer Mayer, se analiza el comportamiento de perros domésticos ante 
diferentes expresiones humanas. ¿La conclusión? El perro reacciona de forma distinta ante nuestra alegría que ante el dolor.
Las científicas contrastaron cómo, cuando los humanos se mostraban 
felices, el can se acercaba a ellos, en su mayoría, con expresión 
juguetona o de interés. Sin embargo, cuando las personas lloraban, el perro reaccionaba con lamidos
 en sus manos y cara, les olisqueaba de forma suave y les acariciaba con
 su cuerpo. Los lengüetazos eran un gesto para mostrar su afecto y 
soporte ante el dolor humano. 
 
Custance y Mayer no niegan que, en cualquier caso, pueda haber parte de aprendizaje
 en la húmeda respuesta del perro ante las lágrimas: si en situaciones 
similares recibieron un premio, es normal que traten de repetirlo. No 
obstante, para las investigadoras, este estudio experimental confirma 
que el perro es capaz de "empatizar" con nosotros, de ponerse en nuestro
 lugar y sentir (al menos en parte) lo que nosotros sentimos. "Lo interpretamos como un contagio emocional", afirman Custance y Mayer en el estudio. 
 
Desde cachorro, el perro aprende a "hablar" con su lengua
El perro no solo lame la cara de las personas para demostrar afecto y 
derrochar cariño. En ocasiones, estos húmedos besos caninos esconden 
mensajes bien distintos. Muestran que nos aceptan como jefe de su manada (recuerde que el can es un animal social que establece fuertes relaciones con los individuos de su entorno).
Las lengüetadas como forma de señalar sumisión, o aceptación del orden 
social, son reconocidas por el perro desde su etapa de cachorro. "Chupar
 la cara de su madre es una conducta habitual para el pequeño", señala 
Manuel Lázaro. Sin embargo, para que un lametón implique obediencia, 
este "debe ir acompañado con otros signos", apunta el veterinario, como 
mostrar una orejas más agachadas de lo normal. 
 
En cualquier caso, bien sea para ayudarles a comer, bien para cuidar de su higiene, o tal vez como mensaje, los lametones de la hembra canina
 se reciben como un gesto natural e instintivo de la cría desde sus 
primeros días de vida. El amor tiene muchas formas y expresiones. Y, qué
 duda cabe, los lametones del perro son una de ellas.
Claves para entender por qué el perro nos lame la cara
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El lamido del perro es el equivalente a nuestras caricias o besos cariñosos.
 
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El animal nos explora y nos conoce mejor con estos lengüetazos.
 
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Un estudio afirma que el perro es capaz de empatizar con nosotros y que expresa su apoyo a nuestro dolor a través del lametón.
 
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Un can puede aceptar su sometimiento cuando chupa la cara. 
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 Publicado en Consumer