El primer ministro británico ideó un audaz plan que tenía por objetivo el uso de miles de palomas mensajeras, también llamadas palomas espía, para informar de las posiciones de los nazis en la Francia ocupada. Su inestimable ayuda fue de vital importancia para cambiar el rumbo de la Segunda Guerra Mundial
En 2012, David Martin, un funcionario retirado del servicio de libertad vigilada del Gobierno británico, estaba limpiando la chimenea de su casa en la localidad británica de Bletchingley (Surrey), a 35 kilómetros al sur de Londres, cuando de pronto se encontró con los restos del esqueleto de una paloma. Pero no era una paloma cualquiera: era una de las palomas mensajeras utilizadas por el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial, y en una de sus patas aún llevaba engarzado un pequeño cilindro metálico de color rojo que contenía un mensaje cifrado. Mensaje que, obviamente, nunca llegó a su destinatario.
¡Que alcen el vuelo!
Operación Columba fue el nombre en clave que el Gobierno dirigido por Winston Churchill utilizó para referirse al lanzamiento de más de 16.000 palomas tras las líneas enemigas de la Francia ocupada por los nazis con el objetivo de mantener la comunicación con el frente. A pesar de la supuesta naturaleza cobarde de la paloma, los británicos convirtieron a este animal en un valiente soldado en tiempos de guerra, tanto que a lo largo del conflicto algunas de ellas merecieron la gloria por sus heroicas hazañas. Hazañas que no han quedado en el olvido, como en el caso de una paloma llamada Comando, que realizó 90 misiones por las que recibió la medalla Dickin, equiparable a la cruz Victoria, la más alta condecoración militar que reconoce el valor frente al enemigo.
Las palomas eran lanzadas por la noche en paracaídas dentro de cajas perfectamente herméticas dentro de las cuales también se incluían un cilindro donde se introducía el mensaje, hojas de papel ultrafino y un lápiz especial. Todo esto iba acompañado con detalladas instrucciones de cómo escribir un mensaje en francés, flamenco u holandés. Del total de 16.000 palomas lanzadas sobre Francia sólo regresaron a Gran Bretaña unas 1.800. Algunas fueron capturadas por los alemanes y otras entregadas al enemigo por franceses colaboracionistas. Otras muchas morían en sus cajas al no ser encontradas por nadie. Sin embargo, cuando la misión tenía éxito, las palomas solían regresar con valiosa información para el servicio de espionaje británico, el MI5. Según algunos informes, en más de un 50% de los casos, la información recibida resultó ser de gran interés y en algunas ocasiones se trató de auténticas joyas. En una ocasión, una paloma volvió con la copia de un documento conseguida usando una lente de aumento industrial, que contenía miles de palabras y catorce mapas realizados a mano.
Los halcones nazis
Ante la incredulidad de los nazis, cuando se dieron cuenta de que la Resistencia francesa utilizaba palomas para enviar mensajes a Londres y que estas esquivaban sin problema a los stukas alemanes en el aire, desde Berlín se dio la orden a las guarniciones ubicadas en la costa francesa de abatir a todo pájaro que vieran dirigirse hacia el mar en dirección a Gran Bretaña. Sin embargo, la dificultad de abatir a las palomas obligó a Berlín a tomar otro tipo de medidas. Y pensaron en una hábil ave de presa: el halcón. Los alemanes los entrenaron para que dieran caza a las palomas enemigas, y desde aquel momento no fue extraño ver a halcones persiguiendo palomas por los cielos franceses. No tardó en correr la noticia entre los británicos de que el número de halcones adiestrados superaba al de palomas, y muy pronto la información podría dejar de llegar. Fue entonces cuando el MI5 creó una unidad, dirigida por un coronel campeón de tiro, con la orden de recorrer el sur de Inglaterra dando caza a todos los halcones que viera sobrevolando las costas.
A medida que la guerra llegaba a su fin, las palomas y los halcones fueron dejando de lado su peculiar enfrentamiento en las nubes y fueron relegados a un segundo plano. No existen datos de halcones condecorados por parte de los nazis, pero sí de las condecoraciones que llegaron a recibir hasta 32 palomas. La paloma Paddy, por ejemplo, llevó un mensaje en el que informaba de que los batallones del Día D habían llegado a tierra con éxito. Fueron utilizadas varias palomas para esta misión, pero Paddy fue la primera en cruzar el Canal de la Mancha en cinco horas con éxito. La paloma Mary obtuvo una condecoración en 1945 al llevar un mensaje desde la parte de Alemania tomada ya por los aliados a la ciudad británica de Exeter, a pesar de que llegó a su destino con tres perdigones en el cuerpo y un ala arrancada por las garras de los halcones alemanes.
Mary
Honores a las palomas espía
De todas estas aves, la que más vidas salvó fue la paloma William of Orange. Durante la operación Market Garden, misión aliada que consistía en capturar una serie de puentes sobre los principales ríos de los Países Bajos mediante la participación de paracaidistas. Durante la batalla, los 2.000 soldados del noveno batallón de paracaidistas habían quedado aislado en la localidad de Arnhem.
William of Orange
Necesitados de refuerzos y sin equipo de radio, William los salvó de una muerte segura al ser capaz de hacerles llegar ayuda tras recorrer 420 kilómetros en unas cinco horas. También mereció una condecoración Dickin la paloma Winkie, que voló 193 kilómetros para informar sobre el lugar exacto en medio del mar en el que había aterrizado de emergencia un bombardeo aliado. Y en 1943, fue G.I.Joe la que recibió la preciada condecoración tras salvar la vida de unos 1.000 soldados británicos gracias a la entrega de un mensaje que informaba de que dos ejércitos aliados estaban a punto de autoeliminarse en el sur de Italia.
Winkie
G.I. Joe
Por último, es interesante hacer mención a las palomas mensajeras españolas que fueron utilizadas por ambos bandos durante la Guerra Civil. Como en el caso de la paloma 46.415, que en 1937 cumplió una misión de enlace y entregó el mensaje lanzado por un grupo de guardias civiles atrincherados en el Santuario de Santa María de la Cabeza de Jaén al principio del conflicto. Al parecer, la paloma, a pesar de estar herida de muerte, cumplió con su cometido. El comportamiento de esta ave fue considerado heroico por los cronistas del bando Nacional, que lo describieron de la siguiente manera: "Llegó a su destino arrastrándose, entregó su mensaje y falleció". El animal fue disecado, condecorado y, hasta hace unos años, expuesto en el Museo del Ejército de Toledo.