El trabajo ha consistido en realizar una serie de experimentos, que ya se habían hecho antes con perros, primates y niños, con los que se puede poner a prueba el apego de a un cuidador o a un progenitor. La prueba consiste en ver el comportamiento del animal ante un nuevo ambiente y su actitud hacia el cuidador durante la experiencia. De este modo, se preparó una habitación y los gatos pasaron dos minutos en ellos, junto a sus dueños y después se quedaron otros dos minutos solos. Después, cuando el dueño regresaba, a aquellos que seguían explorando en entorno con confianza se les consideraba seguros y a los que se mostraban esquivos o se quedaban junto a la persona, se les consideraba inseguros.
Los resultados demostraron que el apego de los gatos a sus dueños era sorprendentemente parecido al que muestran los niños hacia sus padres: un 65% de ellos están apegados fuertemente a sus cuidadores. “Los gatos domésticos reflejaron esta actitud de forma muy parecida”, recalca Vitale. “Al igual que los perros, los gatos disponen de una flexibilidad social en lo que se refiere a su apego a los humanos. La mayoría de los gatos están apegados a su dueño y lo usan como una fuente de seguridad en un nuevo ambiente”.
En opinión de los autores, esta flexibilidad social que presentan los gatos puede haber facilitado su éxito en la convivencia con los humanos. Su intención es usar estos resultados para facilitar la socialización de los felinos que están en refugios de animales y son adoptados cada año. Conocer cómo establecen los vínculos de confianza puede ser útil para mejorar estos procesos y dar consejos a los nuevos dueños de estos animales.
Referencia: Attachment Bonds Between Domestic Cats and Humans (Current Biology)