Su nombre es Kibo y fue nombrado en honor al más alto de los volcanes que integran el monte Kilimanjaro, el cual es el punto más alto del continente africano.
Estos gorilas occidentales están en peligro crítico y cada nacimiento es un rayo de esperanza para la supervivencia de la especie. Los programas de conservación son más necesarios que nunca.
Esta foto tiene un significado muy especial para mí, porque he estado con este bebé gorila casi desde que nació y he podido presenciar su crecimiento gradual y despertar al mundo. En esta foto, tan pronto como apunté la cámara hacia su madre, esta me dio la espalda. Kibo, no obstante, no pudo soportar la curiosidad y asomó la cabeza. Simplemente demuestra lo similares que somos a esta especie tan cercana a nosotros. Verlos interactuar es fascinante y estimulante."