El Podenco tiene tres variedades de tamaño: Grande, Mediano y Pequeño, cada una de ellas con dos variantes de pelaje: una de pelaje corto, denso y liso; y el otro de pelo largo, áspero y erizado.
El Podenco portugués es funcionalmente excelente en el arte de la caza/caza. El grande se utiliza en paquetes de caza mayor y el mediano y el pequeño se utilizan en la caza de conejos.
Dotado de vivacidad e inteligencia, combinado con una gran rusticidad, durante la caza se distingue por sus ladridos continuos y agudos llamados “maticar”.
La primera referencia a estos “Podengos de Mostra”/perros “conejos” la encontramos en el año 1190, durante el reinado de D. Sancho I, (hijo de D. Afonso Henriques).
En el siglo XIV, los Podencos formaban parte de la tripulación de los barcos portugueses, ya sea porque a bordo llevaban excelentes cazadores de ratas, o para colaborar en la caza en los lugares de destino –y así llegaban a la Isla de Porto Santo, en 1418, en la armada de João Gonçalves Zarco y Tristão Vaz Teixeira, un hito fundamental en el inicio de la gloriosa expansión marítima portuguesa.
José Rosado, que fue Delegado del Gobierno Regional de Madeira en la Isla de Porto Santo y es un ilustre porto-santense y reconocido cunicultor, considera que la evolución del Podengo, en régimen cerrado en la Isla, le dio características únicas – una raza autóctona, diferente de las demás – Podengo de Porto Santo; Una opinión que, según José da Glória Rosado, comparte Francisco Salvador Janeiro, actual vicepresidente del Kennel Club portugués (que preside Carla Molinari).
Adriano Andrade, del Cuerpo de Policía Forestal de la Isla de Porto Santo, menciona que en 1418, Bartolomeu Perestrelo introdujo el conejo de monte en la Isla de Porto Santo, lo que contribuyó en gran medida a que desde los primeros pobladores siempre estuvieran acompañados por el Podengo.
En las conversaciones que hemos mantenido con la Doctora Veterinaria Sara Silva, se están concluyendo los primeros estudios de la población del Podengo de Porto Santo y se están dando los primeros pasos hacia el estudio científico a nivel genético molecular del Podengo de Porto Santo, con la alta patrocinio del Gobierno Regional de Madeira y de la Cámara Municipal de Porto Santo.
“El animal es especial, porque tiene características únicas entre otros podengos, que seguramente adquirió debido al aislamiento de “nuestro” Porto Santo. Es especial, porque es el único perro del archipiélago de Madeira que merece y creo que alcanzará el reconocimiento como raza autóctona”, describe Adriano Andrade.
Un reconocimiento que involucra la caracterización genética y un relevamiento del número de ejemplares existentes en la Isla. Una tarea realizada por un grupo de amantes de la raza como la veterinaria local, Sara Pinto da Silva, el ex representante del Gobierno, José da Glória Rosado y nuestro interlocutor, el Policía Forestal, Adriano Andrade, que se han destacado en la protección, difusión y promoción. de este hermoso animal.
Su presencia en la Isla desde finales del siglo XIX y principios del XX está atestiguada, a través de los trabajos del fotógrafo Joaquim Augusto Souza, que muestra algunos de estos perros primitivos con características idénticas al actual Podenco de Porto Santo. Así como el testimonio de personas mayores que recuerdan que siempre ha existido esa “cualidad” de los perros (que así llaman a la raza), ¡que sus abuelos ya los tenían! ¡Incluso los había negros también! Pero la mayoría eran amarillos, rojos, bragados (marrones y blancos) y blancos…”, dice Adriano Andrade.
Con características únicas, este monumento natural del patrimonio de Porto Santo, amenazado de extinción o manipulación en varias ocasiones, requiere un cuidado especial para su conservación.
“La valorización del Podengo do Porto Santo, refuerza Adriano Andrade, se hará cuando tenga un valor monetario, como lo tienen otras razas, este perro, que tiene gran aptitud para la caza, también tiene otras funciones, como perro guardián y de compañía. ”.
En una isla que se enorgullece de ser Reserva de la Biosfera, el Podenco de Porto Santo podría convertirse en un elemento fundamental entre biología, economía, turismo e historia. Un factor de atractivo y orgullo por siglos de historia y singularidad de formas y personalidad.
Donde hay conejos hay podencos
Con una presencia que se remonta a los inicios de la colonización de la isla, el Podenco de Porto Santo está indisolublemente ligado a otro animal emblemático de Porto Santo: el conejo salvaje.
“Sabemos que el conejo de monte fue introducido por orden de Bartolomeu Perestrelo, en 1418, en el que soltó una pareja de conejos y la coneja ya estaba preñada… Bueno, los conejos proliferaron y se convirtieron en muchas y una de las fuentes de proteínas de la isla…”. Y apoyado en este relato se sugiere la hipótesis de la introducción del canino por parte de piratas, “todos oyen que la Isla fue, en varias ocasiones, atacada por piratas moros (fenicios) quienes, al “visitar” la Isla, pudieron haber notado los conejos y han traído consigo perros para cazarlos; Además de saquear a la población, en las varias veces que nos visitaron dejaron atrás estos perros primitivos que se sospecha son de origen egipcio”.
Actualmente existen tres variedades: Podenco pequeño, Podenco mediano y Podenco grande, utilizados generalmente para cazar animales de idéntico tamaño, al igual que el Podenco Pequeño, que, se dice, estaba presente en las carabelas portuguesas como cazador de ratas. Acompañar expediciones y prevenir la propagación de roedores.
Reconocido por su inteligencia y energía, el Podenco era utilizado no sólo en la caza en manada, sino también como perro guardián, debido a su carácter fiel, pero sin la agresividad de otros caninos.
El Podenco de Porto Santo podría convertirse en la decimotercera raza de perro portuguesa.