1/ EL PASEO EMPIEZA EN CASA. Piensa si deberías cambiar la rutina de salida a la calle para que tu perro salga más tranquilo. A más excitación, más reactividad. Practica en todo el tramo que tengas hasta llegar a la calle para que salgáis con más calma.
3/ ¿SABE TU PERRO ANDAR SIN TENSIÓN EN LA CORREA? Los tirones y la tensión de la correa aumentan la probabilidad de que tu perro reaccione. Tu primer objetivo debería ser conseguir que camine tranquilo sin presencia del estímulo al que reacciona para que luego aprenda a hacerlo cuando esté presente. => Cómo enseñar a tu perro a no tirar de la correa
4/ PRACTICA UNA SEÑAL DE ATENCIÓN HACIA A TI. Fuera de los paseos, primero en casa y luego en la calle, puedes trabajar una señal como el MIRA, que indique al perro que tiene que prestarte atención. Te puedes ayudar con el sonido de uno de sus juguetes. Una vez aprendida esta señal, la puedes introducir en los paseos.
5/ DA LA SEÑAL DE ATENCIÓN ANTES DE QUE REACCIONE. Para que la señal te sea efectiva debes usarla antes de que el perro reaccione, de lo contrario la alteración del estado emocional no dejará que su cerebro atienda a la señal. Puedes dársela justo cuando vea el estímulo y sacarle de la situación: ve lo que le altera y no ha pasado nada.
6/ FORTALECE VUESTRO VÍNCULO. De esta forma aumentará su confianza en ti y le dará más seguridad. Los castigos restan puntos de confianza. Crea un buen vínculo con tu perro
7/ TRABAJA LA NARIZ DEL PERRO. Haz que, manteniendo cierta distancia a lo que le hace reaccionar, use el olfato con juegos de nariz. El uso del olfato le calma, hace avanzar el cerebro del perro desbloqueándole del miedo y le estarás quitando estímulos visuales para que descanse de ellos y aprenda a relegarlos a un segundo plano.
8/ PASEA POR ZONAS AMPLIAS. Así podrás mantener la distancia adecuada con aquello que le produce miedo haciendo curvas amplias. Olvídate de las aceras estrechas.
9/ ELIMINA LA EXCITACIÓN Y LOS MOMENTOS ESTRESANTES EN EL RESTO DEL DÍA. Lo que le sucede al perro fuera de los paseos también es importante para reducir la reactividad en ellos.
10/ DEBES TENER CLARO QUÉ HACER DURANTE UN EPISODIO DE REACTIVIDAD. Si no has podido evitar la reacción de tu perro, no debes contribuir con tu nerviosismo. Debes tenerlo claro: si crees que puede llegar a controlarse porque, por ejemplo, el otro perro es tranquilo y se aleja, no hagas nada; si no es así, llévatelo sin tirones bruscos dándole distancia con lo que le altera.