Lo primero que hay que saber sobre el Día Mundial del Perro es que, irónicamente, no es mundial: aunque muchos países celebran el Día del Perro y, a menudo, fechas más específicas (como el Día de los Perros sin Hogar, el Día de los Perros Mestizos o días dedicados a razas en particular), raramente hay una fecha coincidente a nivel mundial.
El Día del Perro se celebra el 21 de julio en España, pero varios países de América (como Estados Unidos, México o Colombia), por ejemplo, lo celebran el 26 de agosto. En Argentina es el 2 de junio en honor a Chionino, un perro policía que murió defendiendo a su compañero en un tiroteo. Sin embargo, el motivo por el que la mayoría de países celebran el Día del Perro en verano es por una razón muy triste.
LA ÉPOCA DE MÁS ABANDONOS
Y es que es precisamente en verano cuando más abandonos de mascotas se producen, por parte de gente que no quiere llevárselos de vacaciones ni encontrar una alternativa para que alguien los cuide durante esos días. Hay que recordar que, según la actual Ley de Bienestar Animal, abandonar a un animal doméstico está tipificado como infracción muy grave, penada con una multa de entre 50.001 y 200.000 euros y de 31 a 90 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
El 21 de julio se estableció como Día del Perro precisamente para concienciar sobre el abandono de mascotas justo antes de que empiece el pico de las vacaciones, ya que fue ese día en 2004 cuando la Organización Mundial de la Salud publicó un informe según el cual el 70% de los perros del mundo no tienen un hogar y varias capitales mundiales tienen millones de animales callejeros (Lima, por ejemplo, tiene más de cuatro millones según un informe de 2019).
Por la misma razón, el 8 de agosto es el Día del Gato, aunque esta fecha sí cuenta con el consenso global que le da haber sido establecida directamente por el Foro Internacional para el Bienestar Animal en 2002. Esta fecha se eligió también por un segundo motivo, y es que según algunos estudios, agosto es el mes con mayor actividad reproductiva de los gatos en el hemisferio norte: a muchos gatos domésticos se les permite deambular por el exterior, apareándose con gatas sin hogar y haciendo crecer las colonias de gatos silvestres.
CONCIENCIAR Y EDUCAR
El 21 de julio no es solo un día para agradecer la compañía que nos brindan los perros, sino que está dedicado sobre todo a concienciar y educar sobre la responsabilidad que conlleva tener una mascota y la obligación de cuidarlo y respetarlo como un miembro más de la familia.
Esta educación empieza incluso antes de llevar a una mascota a nuestro hogar, y es que hay que pensar antes cómo compaginar sus necesidades con lo que podemos ofrecerle. Por ejemplo, los perros activos y que necesiten mucho ejercicio precisan una familia y un espacio que pueda satisfacer estas necesidades, mientras que los perros más viejos o con problemas de salud necesitan un ambiente tranquilo. También hay que considerar que ciertas razas propias de climas muy fríos o muy cálidos pueden pasarlo mal en otras condiciones climáticas.
A la hora de adoptar un animal de un refugio, conviene darse un tiempo para conocerlo y ver si la relación puede funcionar. Muchos animales y especialmente perros, después de ser abandonados, desarrollan ansiedad por separación y soportan muy mal la ausencia de las personas incluso por pocas horas, por lo que deberían ir a parar a un hogar en el que al menos una persona pueda estar con ellos durante la mayoría del día. En el caso de los animales de raza, hay que asegurarse que el criador cumple con los requisitos legales y éticos.
El 21 de julio, o en su defecto la fecha correspondiente que el propio país celebre el Día del Perro, es una fecha para recordar más que nunca que hacerse cargo de una mascota es una responsabilidad para toda la vida y que implica tiempo, dedicación y dinero para su cuidado y salud.