Suave y elegante, fuerte y veloz, el Saluki es una de las más antiguas razas caninas reconocibles. A través de la historia, el Saluki ha sido cazador tanto de Faraones como de Beduinos, un premio de los Cruzados, un símbolo de status en la corte de los Medici, una curiosidad de la época Victoriana, y un compañero de soldados británicos durante las revueltas árabes durante la Primera Guerra Mundial.
Los perros o “kelb”, son considerados impuros por los musulmanes, pero el Saluki no es considerado un perro, sino que le llaman “El Hor” (El Noble), dado a los beduinos por Alá para su placer y beneficio.
Antiguo Linaje
Es muy probable que la más antigua evidencia de los ancestros del Saluki moderno sean sellos y vasijas de arcilla de 5.000 años de antigüedad encontrados en la antigua ciudad de Tepe Gawra, al norte de Iraq.
Esos perros de largas patas son fácilmente identificables como ancestros del Saluki.
Además, la raza está muy bien documentada en pinturas, vasijas, etc. del antiguo Egipto y el Medio Oriente.
Las características de esta raza son bien precisas, fácilmente diferenciables del Pharaoh Hound (Perro de los Faraones) y otras razas, encontradas en las pinturas en tumbas del antiguo Egipto.
El emperador Tutankamon poseía varios Salukis, y esta es la razón por la que se encuentran muchas imágenes de ellos en objetos hallados en su tumba.
Sus patas largas y cuerpo angosto denotan que ha sido hecho para la velocidad.
Muy pocas diferencias hay entre los Salukis de Tutankamon y los que se pueden apreciar en los criaderos actuales, aparte de pelo algo más corto y pocos detalles más.
En alguna época ésta raza era encontraba en todo el Medio Oriente, desde Egipto, Arabia, Siria, hasta la Mesopotamia y Persia. El Saluki, al igual que el caballo Árabe, era cuidadosamente criado, y ciertos colores y variantes eran distintivos de cada región.
Hoy reconocemos dos variaciones del Saluki: el “feathered”, con largo pelo o “flecos” en orejas y cola, y el “smooth” o de pelo corto. La conformación física es la misma en ambos tipos y generalmente son juzgados juntos.
Se cree que la palabra Saluki proviene de un antiguo poblado llamado Saluk, al sur de la península Arábiga, región que actualmente sería parte de Yemen. Antiguas variantes de el nombre son “selughi”, “salugi”, “slughi” y “salooki”. Estos no deben ser confundidos con el “Sloughi”, raza originaria de la región del Maghreb (actual Marruecos y Argelia).
“Saluki” ha sido aceptado desde que la raza fue reconocida en Inglaterra en 1923, aunque muchos aún sostienen la traducción más exacta del Árabe sería “Saluqi”.
Nacido de arena y viento
Su visión es extraordinaria, y eran criados para cazar presas veloces en las inmensas planicies desérticas, siendo sus principales víctimas la liebre y la gacela. También eran utilizados para la caza de lobos y zorros.
Comparando las cualidades del Saluki y el Galgo, mientras este último puede conseguir una ventaja inicial en velocidad, la excepcional resistencia del Saluki le da la capacidad de cazar a su presa luego de varios kilómetros de persecución.
Para los musulmanes, los animales cazados por perros no son aptos para ser consumidos, por ser el perro un animal impuro. Como no es considerado un perro, las presas cazadas por los Saluki son aceptadas como alimento, siempre y cuando se invoque el nombre de Alá al prepararles.
Estos perros eran mascotas muy especial es para los beduinos, a quienes permitían dormir en sus tiendas. Muchos poemas medievales árabes describen el fuerte vínculo que unía al Saluki con su amo.
Los Saluki nunca eran permitidos cruzarse con los “Kelb” (perros de otras razas), que guardaban los rebaños de las tribus beduinas, y las perras en celo eran apartadas para evitar alguna posible “accidente”. Esa es una de las principales razones por las que la raza se ha mantenido prácticamente igual durante miles de años.
Los cachorros de Saluki eran responsabilidad de las mujeres y los niños. Nunca un beduino vendía sus cachorros, pero sí podían ser obsequiados.
Temperamento
El Saluki es un perro muy limpio. Extremadamente independiente, inteligente y sensible, es retraído frente a extraños. No ladran mucho, pero igual son muy protectores de su hogar y su gente.
Los dueños de Salukis se rigen por la “regla de los 2 metros”: si no quieres que ellos accedan a alguna cosa, debes ubicarla por lo menos a 2 metros del suelo.
Les gusta jugar, y con paciencia pueden ser bien adiestrados, aunque se aburren muy rápidamente con la repetición de ejercicios, por lo que hay que ser muy tolerantes.
Se trata de perros muy activos, y requieren de mucha ejercitación: largas caminatas, carreras, juegos, etc.
Con su fuerte instinto de cazador, se sentará a observar otros animales, y si le es permitido correr libre, perseguirá gatos, conejos y aún otros perros.
Los Saluki generalmente gozan de excelente salud, y las dos causas más frecuentes de muerte son los accidentes con automóviles, principalmente cuando corren sin supervisión, y el cáncer, en edad avanzada.
El Saluki en el Arte
Son muy escasas las menciones a esta raza en Europa antes de la época Victoriana. Se dice que Ricardo Corazón de León recibió como obsequio un Saluki, durante las Cruzadas.
Homero, en La Odisea, nos cuenta que luego de 20 años de guerras y aventuras diversas, Ulises regresa a Itaca para encontrarse con su esposa Penélope. El único que lo reconoce es Argos, su perro. Hay quienes opinan que de acuerdo a la descripción que se hace de él, podría tratarse de un Saluki.
En una pintura de los siglos XV o XVI, el Duque Heinrich el Pío de Sajonia es retratado posando con su Saluki.
También pueden apreciarse en algunas pinturas de Paolo Caliari “Il Veronese” (1528-1588), Tiziano Vecellio “Tiziano” (1487-1576) y Giambattista Tiepolo (1696-1770), así como también el famoso pintor de animales de la Inglaterra Victoriana, Sir Edwin Landseer (1802-1873). Una de sus obras más famosas, titulada “La tienda Árabe” (Wallace Collection – Londres) muestra dos Salukis junto a una yegua y su potrillo.
El Saluki hoy
La primera vez que un Saluki llega a Gran Bretaña es en el año 1840, y se le exhibe como curiosidad en el Jardín zoológico del Regent’s Park, con el nombre de “Lebrel Persa”.
La raza logra establecerse en Gran Bretaña recién en el año 1895, cuando Florence Amhest importa dos ejemplares de Egipto, y con ellos inicia Amherstia Kennels.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, y coincidiendo con el regreso de las tropas británicas destinadas al Medio Oriente, la raza comienza a popularizarse lo suficiente como para ser reconocida oficialmente por el Kennel Club Británico, en 1923.
En ese mismo año se funda el Saluki or Gazelle-Hound Club, primer club de Saluki del mundo, y se redacta el primer estándar de la raza.
En 1927 la raza es reconocida por el American Kennel Club, y en 1938 por el Canadian Kennel Club.
Según cifras del American Kennel Club, en el año 2014 el Saluki era la raza 128º en popularidad en Estados Unidos.