El periodo vital de la adolescencia, que tenemos asociado a la especie humana, también está presente en otros animales, y en 2020, una investigación realizada por un grupo de científicos de la Universidad de Nottingham y de la Universidad de Newcastle encontró evidencias de que los perros pasan por esta etapa pasajera al llegar a la pubertad.
Esta fase, que dependiendo del tamaño de los perros puede aparecer un poco antes o después, suele mostrarse a partir de los seis meses hasta alcanzar el año y medio aproximadamente.
Nos escuchan, pero eligen ignorarnos
Para el estudio, los investigadores evaluaron a un grupo de 285 perros de diferentes edades y analizaron su comportamiento y predisposición a la obediencia. Todos los perros que tenían ocho meses, lo que les sitúa en plena adolescencia canina, mostraron más lentitud para responder a las órdenes o directamente decidían ignorarlas, pese a haberlas aprendido previamente y ser obedientes antes de alcanzar esta edad.
No es lo mismo vivir en un chalé en las afueras de una urbe que en un estudio de 30 metros cuadrados cercano a nuestro lugar de trabajo. Algunas razas necesitan de permanente ejercicio para su desarrollo. Contar con un jardín, parque o pinar aledaños puede ayudarnos. Además, están las distintas normas que imponen las comunidades de vecinos, en las que pueden adoptarse restricciones en los edificios a los animales de compañía. Aclara esto antes de lanzarte a adquirir un cachorro.
También se incluyó un cuestionario más extenso para los titulares sobre la capacidad de adiestramiento y las reacciones que mostraban los perros en su entorno familiar.
Es importante destacar que, entre los resultados de la investigación, se registró que los perros que tenían vínculos inseguros y poco trabajados con sus cuidadores mostraban antes y con más prominencia los comportamientos asociados a la adolescencia canina. Este dato proporciona, por primera vez, evidencias del impacto de una relación mal construida entre dos especies distintas en esta etapa tan crítica del desarrollo, y cuyos resultados coinciden con estudios de comportamiento en la adolescencia humana y la relación entre padres, madres e hijos. Los investigadores señalan que, al igual que los jóvenes suelen sentirse poco comprendidos por los adultos de su entorno cuando no hay una buena comunicación, los perros que no mantienen una relación estrecha y afectiva con sus titulares parecen reaccionar de igual manera al alcanzar su pubertad.
La autora principal del estudio, la doctora Lucy Asher, sostiene que “es muy importante que los titulares no castiguen a sus perros por desobediencia o se distancien emocionalmente de ellos al alcanzar estos comportamientos adolescentes”, y agrega: “de hacerlo, es probable que empeore los comportamientos problemáticos, tal como sucede en los adolescentes humanos".
Muchos convivientes con perros han experimentado de primera mano que los perros pasan una etapa difícil y desafiante al alcanzar cierta edad, pero este es el primer estudio que confirma esas sospechas. Saber que los perros también pasan por una adolescencia canina es sumamente importante para entender su comportamiento y readaptar nuestro trato hacia ellos, conscientes de que se trata de una etapa pasajera.