Existen muchas razas de gatos, cada una con su personalidad y requerimientos propios. Además, el comportamiento de un gato adulto también depende en buena manera del tipo de educación que recibió de cachorro, de las experiencias vividas e incluso de su estado de salud, pues el dolor o la enfermedad puede hacer que el animal sea más irritable, por ejemplo.
Cierto es que estos animales son bastante indómitos y no se les puede domesticar tan fácilmente como se haría con un perro, si es que en alguna ocasión se les logra domesticar… Los gatos suelen hacer lo que les apetece, no lo que su dueño les ordena. Además, muchos ejemplares tienen bien interiorizado el instinto de caza y, aunque no vivan salvajes en la naturaleza, tratarán de capturar las presas que tenga a su alcance (polillas, cucarachas, arañas, etc).
Muchos gatos son tiernos y cariñosos, amantes del juego y apegados a sus dueños, algunos, incluso, te recibirán con alegría cuando llegues a casa y mostrarán signos de depresión si les dejas demasiadas horas solos. Otros se ajustan más al estereotipo gatuno y son más independientes y desconfiados.
Personalidades gatunas
La idea de que los animales tienen personalidad es algo que se descartó desde la comunidad científica hace un tiempo. Sin embargo, el tema se retomó en vista de que podía ayudar al manejo y bienestar de los animales en cautividad.
Tras varios estudios llevados a cabo hace unas décadas, se establecieron tres tipos generales de personalidad gatuna: sociables, seguros y extravertidos; tímidos, retraídos y esquivos, o activos y agresivos.
En 2017, otro estudio, esta vez de la Universidad de Australia Meridional, se analizaron 52 variables que fueron agrupadas en cinco grupos de rasgos según los cuales se clasificarían los gatos. A estos cinco rasgos los nombraron The Feline five y son los siguientes: neuroticismo, extraversión, dominancia, impulsividad y agradabilidad.