A los niños les encanta recibir regalos de cumpleaños y la mayoría de los adultos disfrutan de los obsequios sinceros y atentos de esa persona especial. Dar regalos es una tradición consagrada que hace que cada destinatario se sienta especial. (¿Y quién no quiere sentirse especial?) Tal vez es por eso que los perros toy se han regalado durante tanto tiempo. Desde que el primer perro se acurrucó en el regazo de un humano, los perros diminutos han estado en la lista de deseos de muchas personas. Desde el Palacio Imperial de China hasta los burdeles de Bélgica, los perros Toy siempre han sabido sorprender y deleitar. Para muchos, no hay mayor regalo.
Los perros miniatura nos fascinan en gran medida (juego de palabras) porque son como cualquier otro perro, excepto por su diminuto tamaño. Libra por libra, los perros Toy pueden ser tan valientes y formidables (y quizás tan volubles) como sus contrapartes más grandes. Un pomerania, por ejemplo, puede muy bien creer que puede tirar de un trineo, y ningún razonamiento le hará pensar lo contrario.
El atractivo visual de las razas Toy es innegable. Sus rostros (parece una afrenta referirse a sus cabezas como “cabezas”) son tan cautivadores como los del bebé Gerber, y su constitución y forma pueden adoptar muchas formas encantadoras, cada una de las cuales es un tesoro único para la vista. Está el aristocrático Chin japonés, el cobby English Toy Spaniel y el Affenpinscher, parecido a un terrier, por nombrar algunos. Cuando se trata del más pequeño de los que mueven la cola, la variedad que se puede experimentar es tan distintiva como la colección bastante diferente de razas consignadas al Grupo No Deportivo.
Las personalidades de las razas Toy son tan variadas como sus formas individuales. El Crestado Chino, por ejemplo, es “juguetón y entretenido”. El Pinscher miniatura posee una "presencia enérgica". El Yorkshire Terrier cree plenamente en su propia "importancia personal". No falta ego en estos pequeños personajes y tampoco falta encanto. Quizás incluso sería justo decir que todas las razas Toy poseen el “gran encanto” del Pug. En este punto no hay motivo para estar en desacuerdo.
Algunas personas, sin embargo, afirman ser "grandes amantes de los perros" y argumentan que no existe un "propósito" real para los perros Toy. Aunque esta creencia puede parecer válida al principio (es difícil imaginar un departamento de policía cuyos oficiales K-9 sean chihuahuas ), las razas del Toy Group pueden desempeñar, y de hecho desempeñan, un papel muy importante en la sociedad. Como compañeros constantes y cuidadores constantes, los perros Toy brindan mucho sin pedir mucho a cambio. Todo lo que necesitan es un regazo cálido, una voz suave y un almuerzo ligero. A cambio, ofrecen el mayor regalo de todos: su pequeño yo a pequeña escala,