Peter Steiner, caricaturista y colaborador de The New Yorker desde 1979, ha declarado que, aunque tenía una cuenta en línea en 1993, no sentía ningún interés particular por internet en aquel entonces. Dibujó la caricatura solo a modo de pie de foto, a la que, según recuerda, no le atribuyó ningún significado profundo, dado que inicialmente había recibido poca atención. Posteriormente declaró que sintió como si hubiera creado la "cara sonriente" cuando su caricatura cobró vida propia, y que "no logra comprender que sea tan conocida y reconocida".
El 6 de octubre de 2023, la obra de arte original se vendió en una subasta de arte ilustrativo de Heritage Auctions por $175,000.
Contexto
Internet, que en su día era dominio exclusivo de ingenieros gubernamentales y académicos, se estaba convirtiendo en tema de debate en revistas de interés general como The New Yorker. Mitch Kapor, fundador de Lotus Software y uno de los primeros activistas de Internet, comentó en un artículo de la revista Time en 1993 que «la verdadera señal de que el interés popular ha alcanzado una masa crítica llegó este verano cuando The New Yorker publicó una caricatura que mostraba a dos caninos expertos en informática».
Según Bob Mankoff, entonces editor de caricaturas de The New Yorker, "La caricatura resonó con nuestra cautela acerca de la fachada simplista que podría ser levantada por cualquiera con un conocimiento rudimentario de HTML".
Trascendencia
La caricatura simboliza la liberación de la presencia en internet de los prejuicios populares. La socióloga Sherry Turkle explica: «Puedes ser quien quieras ser. Puedes redefinirte por completo si lo deseas. No tienes que preocuparte tanto por los lugares donde te colocan los demás. No miran tu cuerpo ni hacen suposiciones. No escuchan tu acento ni hacen suposiciones. Solo ven tus palabras». Steiner afirma compartir esta visión.
La caricatura transmite una comprensión de la privacidad en internet que implica la capacidad de enviar y recibir mensajes —o crear y mantener un sitio web— tras una máscara de anonimato. Lawrence Lessig sugiere que «nadie lo sabe» porque los protocolos de internet no requieren que ningún usuario confirme su propia identidad. Aunque un punto de acceso local en, por ejemplo, una universidad puede requerir confirmación de identidad, mantiene dicha información de forma privada, sin integrarla en transacciones externas de internet.
En la cultura popular
La caricatura inspiró la obra "Nadie sabe que soy un perro" de Alan David Perkins. La obra gira en torno a seis individuos, incapaces de comunicarse eficazmente con las personas de su entorno, que, sin embargo, encuentran el coraje para socializar anónimamente en internet.
Cyberdog, una suite de Internet de Apple Inc., recibió su nombre en honor a esta caricatura.
Una caricatura de Kaamran Hafeez publicada en The New Yorker el 23 de febrero de 2015 muestra a un par de perros similares observando a su dueño sentado frente a una computadora, mientras uno le pregunta al otro: "¿Recuerdas cuando, en Internet, nadie sabía quién eras?"