Bajo las aguas de Cebú, en Filipinas, una apneista se desliza con elegancia en el mundo subacuático. A su alrededor, un banco multicolor de sardinas se aparta de forma sincronizada, creando una imagen que parece una pintura. Desde la superficie, la luz se cuela en haces dorados que iluminan la escena.
En un tiempo en que la presencia humana suele dejar huellas profundas en el mar, esta fotografía muestra una interacción basada en la belleza y el respeto. La imagen, captada por Yue Hongjun y finalista en la categoría Human Connection Award del Ocean Photographer of the Year 2024, habla de una relación diferente con el reino animal, en la que el ser humano se adapta en lugar de imponerse.