Sabemos que son conscientes de cómo nos sentimos cuando nos miran a la cara. También, que son capaces de identificar nuestras emociones y actuar en consecuencia convirtiéndose en nuestro mejor amigo en épocas difíciles. Hemos podido averiguar también que su especie ha evolucionado con el fin de convivir con el ser humano y que este sea su máxima prioridad. También que junto a los primates Rhesus, son los únicos que buscan la mirada del ser humano. Lo que hasta ahora desconocíamos es que también sincronizan el latido de su corazón al nuestro.
El hallazgo ha sido realizado gracias a una investigación llevada a cabo por una marca de comida canina y la Universidad Monash (Australia). Con el fin de investigar el vínculo existente entre el dueño y su perro, hicieron un experimento en el que involucraron a tres personas y sus respectivas mascotas. Es cierto que solo había tres muestras, aunque se buscaron casos en los que el dueño había sentido a la mascota como un apoyo tras pasar momentos complicados en su vida personal tales como una enfermedad, la pérdida de un familiar o el tener que enfrentarse a una discapacidad.
Tras elegir a los participantes, pusieron a humanos y animales un monitor cardiaco. Dado que los participantes tenían un historial previo de ansiedad, su frecuencia cardíaca al comienzo del experimento era muy elevada. Lo más curioso fue que cuando sus perros se pusieron a su lado, las pulsaciones de los dueños fueron descendiendo paulatinamente hasta sincronizarse con las de su mascota.