Por lo general, las perras tienen su primer celo entre los siete y los catorce meses y el intervalo entre celos suele ser de seis meses, aunque este dato no es exacto debido a variaciones individuales y otras como raza, peso, estado nutricional, manejo y medio ambiente, genética o enfermedades. En razas pequeñas, como son generalmente más precoces, se verá antes que en razas de gran tamaño. En los machos intervienen, evidentemente, los mismos factores como variables y en su caso alcanzan el inicio de su actividad sexual alrededor de los nueve meses de edad. Pero cuidado, esto no quiere decir que no tengamos que ser cuidadosos, ya que algunos machos con siete meses son completamente fértiles y pueden cubrir perfectamente a una perra.
No existen problemas de salud ni de comportamiento achacables a los animales que nunca se hayan cruzado. En cuanto a la esterilización ya hemos hablado de los beneficios en las hembras. En cuanto a los machos, también son destacables ya que, al esterilizarlos tempranamente, se previenen futuras y posibles enfermedades de próstata.
Las hembras no se sentirán mejor por el hecho de tener una camada, ni los machos serán menos agresivos por haberlos cruzado al menos una vez. Es por tanto, una afirmación popular que carece de fundamento, así como la creencia de que la esterilización afecta negativamente a los animales en cuanto a su carácter o calidad de vida cuando, en realidad, previene la aparición de enfermedades asociadas a la reproducción y comportamientos indeseados, además de evitar la posibilidad de camadas no deseadas. Y recuerda que a los perros esterilizados es conveniente el suministrarles una dieta adecuada.