Experimentar daño e, incluso, algunas enfermedades provocan conductas violentas en el perro
El daño se responde con más daño. Y un perro que experimenta dolor
reacciona con conductas agresivas. Es la conclusión de una investigación
realizada por la Universidad Autónoma de Barcelona, que revela que el dolor despierta la agresividad del perro. Esto explicaría ciertas conductas violentas en animales a los que se infringe sufrimiento, que incluso atacan a niños y multiplican las reacciones agresivas. En otras ocasiones, sin embargo, un destete acelerado y otras causas favorecen un comportamiento amenazante en los canes.
La investigación apoya que un perro peligroso no nace, sino que se
hace, mientras que otros científicos afirman que es posible leer la agresividad del perro en su sangre. Todas estas claves se explican a continuación.
El dolor despierta la agresividad del perro
La agresividad de un can tiene muchas explicaciones, pero el dolor es una de sus principales causas. Así concluye un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Esta tesis explica que un perro que duerme plácido sobre nuestros pies,
al cabo de unas horas, parezca transformarse al atacar de un modo nada
amigable a quien le retira su cuenco de la comida.
En la investigación "La relación del dolor con las agresiones en el perro: 12 casos clínicos",
publicada en la revista científica 'Journal of Veterinary Behavior', un
equipo de investigadores, encabezado por el etólogo clínico Tomàs
Camps, aborda la relación que tienen el daño y el sufrimiento con la agresividad en el perro
y concluyen que la relación es estrecha. "Existen multitud de
patologías que pueden inducir, o agravar, un problema de agresividad.
Pero, entre ellas, el dolor es especialmente importante", afirman los científicos.
La investigación de Camps analizó el comportamiento de un total de doce
perros (once machos y una hembra) atendidos por el Servicio de Etología
del Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Barcelona para
tratar su comportamiento agresivo. Entre ellos, un schnauzer gigante, un
dálmata, dos pastores alemanes y un doberman, que habían acudido con
sus dueños al hospital veterinario.
Una vez en la consulta, la mayoría de esos canes mostraron una actitud violenta cuando empezaron a ser manipulados,
e incluso, atacaron sin dar señales previas. Para Camps, el dolor y el
daño explican estas conductas peligrosas en animales que no lo habían
sido antes. La palpación demostró que, en la mayoría de los casos, el
can sufría una patología lacerante, es decir, la agresividad se debía al
dolor, "siendo la displasia de cadera
la causa más frecuente". Esta enfermedad es una dolorosa anomalía en la
cadera, que provoca cojeras, sobre todo, en las razas de tamaño grande.
Ataques de perros a niños
Los niños son especialmente susceptibles a sufrir el ataque de un perro violento. El 60% de las agresiones graves por mordeduras de canes las recibieron pequeños menores de doce años, según el estudio "Agresiones caninas: mordeduras de perros a personas", realizado por John C. Wright, de la Universidad de Mercer, en Estados Unidos.
La agresividad del perro preocupa mucho a los propietarios de animales.
La mitad de las consultas atendidas por el Servicio de Etología Clínica
del Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza se deben a comportamientos violentos en sus animales de compañía. Le siguen las atenciones veterinarias por ansiedad o fobias del perro (35%).
El dolor multiplica los ataques de perros violentos
Los científicos creen que su estudio puede explicar muchos
comportamientos violentos, incluso fuera de la consulta del veterinario.
"Efectivamente, los perros pueden mostrarse agresivos hacia los
miembros de la familia o hacia desconocidos, porque padezcan dolorosos
problemas médicos", explica Camps.
En su opinión, el dolor provoca un comportamiento peligroso en canes que nunca antes lo habían experimentado. Además, logra que perros con antecedentes violentos se muestren más agresivos. Es decir, tras haber experimentado dolor, los animales violentos multiplican sus ataques y actitudes agresivas en los entornos donde antes ya se habían mostrado peligrosos, como al darles una orden.
La conducta de cualquier animal, incluida la conducta violenta, depende
de muchos factores, asegura Camps. "Entre estos, su estado de salud",
detalla. Muchas patologías pueden cambiar el comportamiento de las
mascotas y favorecer reacciones agresivas, apunta. Entre estas
enfermedades destacan el "hipotiroidismo, alteraciones del sistema
nervioso central (tumores intracraneales y otras patologías que
produzcan cambios en el sistema nervioso), así como las afectaciones
hepáticas". Aunque hay "un largo etcétera", advierte el etólogo clínico.
El destete acelerado y otras causas generan perros agresivos
El dolor, sin embargo, no explica todos los tipos de violencia en el perro. El estudio de Camps señala también el destete precipitado del cachorro -antes de los dos meses de edad- como causa de un futuro comportamiento peligroso. La falta de ejercicio, el estrés, la herencia genética
y la escasa socialización del cachorro o del perro adulto son otros
factores que influyen de un modo relevante en la potencial violencia de
un animal.
La agresividad es, asimismo, una de las crueles secuelas que provoca el maltrato en el perro. Un can que haya sufrido daño físico o psicológico padece importantes trastornos en su comportamiento.
La tristeza, los síntomas de depresión, así como la desconfianza y
determinados comportamientos violentos pueden explicarse como
consecuencia del maltrato.
Leer la agresividad del perro en su sangre
El daño y dolor sufrido explican, en buena medida, el comportamiento
agresivo de ciertos canes. Pero para detectar a un posible perro
violento, su sangre puede dar algunas pistas. Es al menos la conclusión de un estudio
realizado por la doctora Belén Rosado, de la Universidad de Zaragoza.
Rosado analizó muestras de sangre en cerca de un centenar de perros de
distintas razas. Entre ellos, animales con antecedentes de conducta
agresiva.
Esta científica llegó a la conclusión de que, si se estudian las
hormonas de la sangre del animal, se puede determinar si el perro es o
no agresivo. Los animales violentos tienen una menor cantidad de un neurotransmisor denominado serotonina sérica, en comparación con los perros más amigables. Por el contrario, su sangre contiene mayor concentración de hormonas cortisoles.
Publicado en Consumer