El fotógrafo Ryan Stalker se encontró con este balón en las aguas de Reino Unido y no pudo evitar preguntarse acerca del viaje que la pelota habría realizado para llegar hasta allí: porque si algo tiene claro Stalker, es que ese balón viene de lejos. Si no, ¿Cómo se iba a haber convertido en el hogar de una colonia de percebes? Estos moluscos no son nativos del país.
Con esta fotografía, Stalker trata de visibilizar la capacidad de la basura humana para alterar el medio marino; en este caso, transportando especies a lugares donde no son típicas y donde podrían convertirse en invasoras.
La imagen, titulada por su autor Ocean Drifter (Vagabundo oceánico), fue la ganadora absoluta del concurso British Wildlife Photography Awards 2024.