Para festejar el dia del libro (que fue ayer) os dejo unas cuantas recomendaciones
No te asustes. No vamos a hablar aquí de un can asfixiado
entre chancletas, bermudas y cremas solares. Te vas de vacaciones con tu
perro. O no. En los próximos días abordaremos las mejores soluciones
para enfrentarlas. Pero, empezando la casa por el tejado, tanto si vas
solo como acompañado, aquí dejo unos cuántos libros para meter en un
equipaje para el asueto. Con ellos, aunque tu colega se quede en la
ciudad, siempre sentirás que está tumbadito a tu lado.
Tombuctú (Paul Auster, 1999). Un libro breve del escritor estadounidense en el que ninguna palabra sobra para describirnos a Mister Bones, el único amigo del vagabundo y poeta Willy Christmas. Es una hermosa historia sobre un perro que tiene, en palabras del autor, "lo que todos ellos, una pureza de emoción y un intenso vínculo al que todos los seres humanos respondemos porque sentimos lo mismo". La casualidad, una constante en el universo Auster, quiso que cuando este había comenzado a escribir el libro, su hija Sophie empezase a soñar con un perro y a desear tener uno. Los padres investigaron qué raza sería la adecuada, leyeron mucho y cuando estaban a punto de viajar para comprar un cachorro, padre e hija se toparon en Brooklyn con una mujer acompañada de un chucho que portaba un letrero: "Adópteme. Necesito una casa". Había sido golpeado por un grupo de hombres cuando un su salvador le rescató, pese a que le costase un brazo roto y un collarín. Su paso por las calles le había marcado con una grave enfermedad estomacal, la nariz cortada y fiebre. Le llamó Jack, por el protagonista de El viajero desgraciado, de Thomas Nashe, considerada la primera novela en inglés.
Flush (Virginia Wolf, 1933). Un texto relegado por la propia autora de Orlando y Las olas
por el temor de ser menospraciada, pero ha sido su obra más vendida. Lo
aprenderemos todo (y nos sorprenderemos) del origen del cocker spaniel,
la raza del perro de la poeta victoriana Elisabeth Barret. Él es el
narrador de la apasionada historia de amor de su ama con el futuro
marido y experimenta con ella la opresión de la sociedad londinense, al
tiempo que se mantiene al lado de la cama de Barret. Pero después,
Italia será para los dos una gran liberación. El ama mejora de salud, se
ha encontrado con su amor y el perro deambula sin correa por Florencia y
come macarrones.
El perro de los Baskerville (Arthur Conan Doyle,1901). Un
clásico del misterio publicado por entregas enfrentado al implacable
método deductivo de Sherlock Holmes, un can supranatural y más. Las
novelas de detectives tenían que poseer su mascota y el sabueso
fantasmal protagonizó la tercera novela de Holmes, después de que el
autor decidiera acabar con su popular personaje, algo que le impidieron
sus miles de seguidores. Me gusta especialmente la edición ilustrada por
Javier Olivares.
Todos los perros de mi vida. Elisabeth Von Armin, 1936). Una
larga y azarosa existencia contada a través de los 14 canes que tuvo la
escritora nacida en Australia y casada con un noble alemán, de quien
tomó el apellido. Una lectura adorable por la aparente falta de
pretensiones, en la que descubrimos el alto valor que les da a sus
compañeros animales frente a los humanos la autora de Un abril encantado. Mil gracias a Ángeles Caso por descubrirme el libro
Mi perra Tulip (J. R. Ackerley, 1956)El poeta y periodista Javier Rodríguez Marcos
me habló de este libor imprescindible. Un escritor maduro, el propio
autosr, descubre que el gran amor de su vida es una alsaciana que le
acompaña 16 años. La mala cabeza de la perra le costó que sue amigos
dejasen de invitarle a sus casas, cansados de destrozos y de ver a sus
gatos aterrados. Pero eso no es cortapisa para que adoremos a Tulip.
El británico Ackerley, de biografía fascinante, escribió siempre sobre
las cosas que rodearon su vida: la hermana, el padre, su homosexualidad,
y claro, su perra, como bien recuerda Justo Navarro en esta crítica de Mi hermana y yo.
Te daba por muerto (Pete Nelson, 2010). La relación que mantienen Paul Gustavson y su perra Stella recuerda mucho a la retratada en Tombuctú
(salvando las distancias en favor de Auster, en mi opinión). Paul, como
Willy, es un aparente perdedor que atraviesa una crisis multifacética, y
Stella, una mezcla de labrador y pastor alemán va más allá que
Mister Bones: habla con su dueño. Mi parte favorita tiene a la perra
como protagonista. El volumen fue publicado en un sello independiente de
Estados Unidos y las ventas le auparon a la traducción. Ahora se edita
en castellano (Booket).
Estas son algunas sugerencias para llevar, figuradamente, un perro en la maleta.
Publicado en El País