Muchas veces me sorprendo observando cómo los perros urbanos se manejan en relación al tránsito.
Por ejemplo, cuando están en una esquina donde existe la senda peatonal y hay semáforo, esperan tener el paso habilitado para cruzar, haciendo caso omiso de los desaprensivos peatones humanos que hacen piruetas en contravención de los signos establecidos.
Si no interpretan el significado ni de las rayas blancas ni de las luces del semáforo, ¿qué les indica cuándo es el momento adecuado para cruzar la calle? ...
En el largo camino recorrido junto a los humanos los perros han realizado aprendizajes. Son animales sociales efectivos y por lo tanto tienen inteligencia y estado conciente. En un intento de responder a la pregunta planteada, analizaré algunos tipos de inteligencia canina.
La inteligencia instintiva muestra cuáles comportamientos y habilidades son preprogramados genéticamente. En el caso de los perros urbanos cruzando calles, tal vez sea este tipo de inteligencia uno de los que guían su actitud: frente al movimiento de los autos, prevalece el instinto de conservación que les indica la conveniencia de esperar el momento oportuno para avanzar.
Esto explicaría sólo en parte el tema de la pregunta ya que, también por instinto, los perros reaccionan ante un objeto –en este caso los autos- en movimiento “persiguiendo la presa”, tal como podemos observar en algunos casos cuando corren al lado de un auto y lo ladran. Pero los comportamientos y habilidades preprogramados genéticamente no explican porqué los perros esperan el verde del semáforo y avanzan por la senda peatonal.
Otro tipo de inteligencia canina es la inteligencia de adaptación, relacionada con el conocimiento, las habilidades y la competencia en general que los perros pueden adquirir durante su vida. La habilidad de aprendizaje y la habilidad de resolver problemas son los componentes fundamentales. La primera implica la rapidez para aprender nuevas relaciones y la segunda, las varias formas del aprendizaje, entre ellas:
Aprendizaje de observación: se realiza de forma casual, natural y permite la formación de asociaciones entre condiciones y resultados. “Si cruzo la calle cuando vienen los autos, no llegaré vivo a la vereda de enfrente”. “No quiero que me suceda como a mi congénere y me mate un auto”.
Aprendizaje del medio: permite elaborar una especie de mapa mental o representación del medio inmediato. “Cuando los autos se detienen, puedo cruzar”.
Aprendizaje social: respuestas a señales humanas o caninas emocionales y sociales. “Algunos humanos esperan para cruzar, yo también”.
Un factor relacionado con el aprendizaje es la memoria. La memoria a corto y a largo plazo. Esta última involucra una capacidad casi ilimitada para registrar información y trae como resultado un recuerdo casi permanente.”Cuando crucé la calle entre los autos, me golpearon”.
En cuanto a la habilidad de resolver problemas, existen dos aspectos: la capacidad de planear y seleccionar el comportamiento que lleve a la solución y la capacidad de recordar estrategias o información y transferirlas a la situación presente. “Si espero que los autos pasen y luego cruzo, llegaré a la vereda de enfrente sin que me lastimen”.
El tiempo compartido con los humanos en las ciudades ha llevado a los perros a utilizar los distintos tipos de inteligencia para aprender estrategias de supervivencia y los casos de accidentes que protagonizan son producto de la conjunción fatal entre el descuido canino y la imprudencia humana. El perrito que, llevado por su actitud juguetona, recula y cae bajo las ruedas del auto de un desaprensivo conductor, sufre el resultado del encontronazo igual que el niño que juega a la pelota en la calle y, apasionado por atraparla, ignora el peligro.
¿Por qué los perros urbanos, a veces, son más respetuosos que los humanos de los signos establecidos para una convivencia eficaz?...
Sinceramente, creo que este análisis ayuda pero no responde totalmente a la pregunta planteada.