HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




domingo, 30 de mayo de 2021

HOY CONOCEMOS AL GATO SOKOKE

El Sokoke, procedente de África, puede recordarnos a un felino salvaje, pero lo cierto es que se trata de un gato muy apegado a las personas, cariñoso y sociable. Eso sí, necesita espacio para ejercitarse. Es una raza muy activa.

Origen e historia del gato Sokoke

Se trata de una raza de procedencia africana. “Sokoke” es una selva tropical de Kenia, país en el que continúan viviendo hoy en día estos gatos en zonas con mayor y menor grado de urbanización. También se denominan African shorthair o Khadzonzo.

Llegaron a Europa, a Dinamarca, de mano de criadoras que pretendían desarrollar la raza para la vida doméstica ya a finales del siglo XX, en concreto en la década de 1970. En la actualidad no están extendidos ni en ese continente ni en el americano. En cambio, siguen encontrándose en su lugar de origen, aunque, por desgracia, quedan pocos ejemplares.


Algunas teorías lo consideran el precursor del conocido patrón atigrado, tan extendido en la actualidad en los gatos domésticos. La Federación Internacional Felina incluye a esta raza en la categoría III, que es la que se corresponde con los gatos de pelo corto. La reconoció como tal en 1993.

Características del Sokoke africano

De porte atlético y elegante, cuenta con unas patas alargadas y bien musculadas, al igual que todo el cuerpo. En proporción, la cabeza es pequeña. La estructura ósea está bien definida y la frente se ve aplanada. Las orejas son de tamaño mediano y están siempre erguidas, como en alerta. En algunos ejemplares están adornadas con penachos de pelo.

Los ojos se disponen oblicuos y son de tamaño mediano. El color es castaño o avellana. La piel está perfectamente adherida al cuerpo, no cuelga en ninguna parte. La cola es larga y delgada y presenta anillos oscuros y anchos. Su punta es de color oscuro.

El pelo es corto, suave y destaca por su brillo. En pocas palabras: el manto es simplemente espectacular. Carece de subpelo o este es muy escaso. El patrón habitual es el tabby brownblotched, caracterizado por líneas o marcas de color marrón o negro sobre fondo ámbar.

Conducta del gato Sokoke

Presenta un considerable nivel de energía y características de gato salvaje. Hay que recordar que en su Kenia natal vive en libertad. Son gatos muy activos. Pero, a diferencia de los salvajes, establecen fuertes vínculos con las personas, aunque valoren su tiempo de independencia.

Con sus cuidadores son muy cariñosos y extrovertidos. No es extraño verlos demandar caricias y atenciones. También pueden convivir sin problemas con otros animales, ya sean de su especie o de otras. Y puede ser conveniente proporcionarles compañía animal, ya que no suelen aceptar bien quedarse solos muchas horas o todos los días.

Les gusta jugar y despliegan una marcada personalidad, pero no son nada agresivos. Tampoco son esquivos. Al contrario, destaca su sociabilidad y, como buenos gatos, su curiosidad. Además, sobresalen por su inteligencia y su gran capacidad comunicativa. Como particularidad, los ejemplares de Sokoke suelen disfrutar del agua.

Cuidados básicos para el Sokoke africano

Son gatos que necesitan espacio en el que desarrollar sus comportamientos básicos, como correr, jugar, saltar o trepar. Es imprescindible que puedan desplegar toda su energía. Por eso no están indicados si solo disponemos de un pequeño apartamento. Es más recomendable que disfruten de un espacio exterior. Por supuesto, tiene que ser seguro.

En cualquier caso, el interior del hogar del Sokoke debe disponer de mobiliario a diferentes alturas y rascadores en vertical que le permitan ejercitarse. Valora los juegos interactivos con sus cuidadores. Por ello es buena idea que le dediquemos un tiempo a diario al juego.


Podemos lanzarle pelotas o juguetes como si fuese un perro. Con cualquier objeto es capaz de pasar largos ratos de diversión. Por lo demás, sus cuidados son sencillos. Está más a gusto con temperaturas templadas. Aunque su origen se sitúa en un clima cálido, no ha presentado problemas en su adaptación a latitudes más al norte.

Salud del Sokoke

En general, son gatos que gozan de una buena salud y de una gran resistencia. Hasta la fecha no se han registrado enfermedades a las que sean más propensos. Su alto nivel de energía debe acompañarse de una alimentación de calidad. Como carnívoros que son, necesitan un menú basado en la proteína de origen animal procedente de carne o pescado.

En cuanto al aspecto psicológico, un Sokoke que no pueda realizar todo el ejercicio que necesita puede acabar por desarrollar un cuadro de estrés. Este se manifestará mediante eliminaciones inadecuadas, conductas destructivas, exceso de vocalizaciones, etc.

Estos casos son recuperables, pero hay que cambiar las condiciones de vida del gato y, si no es suficiente, contactar con un profesional de comportamiento felino o etólogo. Igualmente pueden aparecer problemas de conducta si los dejamos solos durante mucho tiempo o con frecuencia.



Publicado en Nfnatcane