El famoso actor francés Jean Marais fue adorado por millones de mujeres en todo el mundo, y adoraba a los perros. Su más famoso perro fue Muluc, un mestizo, que recogió durante la Segunda Guerra Mundial. El perro estaba atado a un árbol y parecía preocupado e incluso agresivo, pero eso no detuvo a Marais. Desató al pobre animal, y desde entonces comenzó la amistad conmovedora entre el gran actor y el perro. Como resultó más tarde, el perro vivió en la ciudad de Compiègne, donde se llamaba Lulu. Marais comenzó a llamarlo Mulu o Muluc. Su amigo de cuatro patas era extremadamente inteligente y enseñable, y más de una vez ayudó a su maestro a salir de situaciones difíciles.
Una vez Jean Marais, que era voluntario de la Resistencia francesa, estaba montando una bicicleta en el París ocupado por los alemanes. El perro corría a su lado. Delante se alzaba la policía alemana, que chequeaba a todos. Entonces el actor tenía pelo largo para un papel en "Andrómaca" y un traje azul brillante. Muluc saltó sobre sus hombros y se tendió alrededor de su cuello como un collar. Jean Marais había adoptado la más estúpida e inofensiva expresión facial, para dar la imagen tanto como sea posible de inocua clase de estúpido. Era suficiente con que la policía alemana no se fijaara con él y pasara sin ser cacheado.
La salud del perro se deterioró el día de la muerte del famoso boxeador Marcel Cerdan. Empezó a toser, sibilando como sin aire. Marais, frustrado y molesto, llamó al veterinario e hizo una cita. Se avergonzaba de sus lágrimas, aunque no las escondía. El veterinario examinó al perro y diagnosticó: asma cardíaco - una enfermedad larga y grave.
Durante los dos años siguientes, Jean Marais llevó consigo a Muluk, siempre a todas partes, y un botiquín de primeros auxilios con jeringa, alcanfor, algodón y éter. A menudo el perro se desmayaba. Marais tenia que recuperarlo. Cuando Muluc llegó a estar completamente agotado, Marais pensó en comprar un cochecito de bebé, en el que podía llevar al perro a caminar.
Pero los omnipresentes reporteros no se perdieron esta oportunidad e indagaron sobre el extraño comportamiento de Marais. Más tarde el actor compró una pequeña parcela en Marne-la-Koket, contrató constructores y paisajistas. Desafortunadamente, Muluc no pudo vivir en la nueva casa. Murió antes de terminar la construcción. Al igual que muchos perros y gatos, Muluc salió afueray murió allí, fuera de las paredes de la casa.
No hace falta decir cómo se quejó Jean Marais por la muerte del fiel perro. Sólo los más cercanos lo sabían, con el resto no habló sobre el tema por lo menos en un año.
The famous French actor Jean Marais was adored by
millions of women around the world, and he adored dogs. The most famous
of his dog became Muluc, ordinary mongrel, which he picked up during the
Second World War. The dog was tied to a tree and looked worried and
even aggressive, but that did not stop Marais. He untied the poor
fellow, and since then the touching friendship of the great actor and
the dog has begun. As it turned out later, the dog lived in the town of
Compiegne, where it was called Lulu. Marais began to call him – Mulu or
Muluc. Four-legged friend was extremely intelligent and teachable, and
more than once helped his master get out of difficult situations.
Once Jean Marais, being a volunteer of the French Resistance, was riding
a bike in the German-occupied Paris. The dog ran alongside. Ahead
loomed German police, who ransacked everyone. Then the actor had long
hair for a role in “Andromache” and a bright blue suit. Muluc jumped on
his shoulders and lay around the neck like a collar. Jean Marais had
crouched most stupid and passive facial expression, to give the image as
much as possible and innocuous kind of stupid. It was enough that the
German police did not communicate with him and passed without a search.
Health of the dog deteriorated on the day of death of the famous
boxer Marcel Cerdan. He began coughing, wheezing like a strained.
Frustrated and upset Marais called the vet and made an appointment. He
was ashamed of his tears, though did not hide them. The vet examined the
dog and diagnosed: cardiac asthma – a long and severe illness.
The next two years Jean Marais carried Muluk with him, always and
everywhere, and a first aid kit with a syringe, camphor, cotton and
ether. The dog often happened to faint. Marais had to bring him to his
senses. When Muluc was completely exhausted, Marais thought about buying
a baby stroller, in which he could carry the dog for a walk.
But ubiquitous reporters would not miss this chance and trumpeted
around the world about the strangeness of Marais. Then the actor bought a
small plot of land in Marne-la-Koket, hired builders and landscapers.
Unfortunately, Muluc was not able to live in the new house. He died
before the construction had been finished. As do many dogs and cats,
Muluc went out and died there, outside the walls.
Needless to say how Jean Marais grieved over the death of the
faithful dog. Only the closest knew about it, with the rest he did not
speak on the subject for at least a year.