HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




domingo, 26 de octubre de 2025

LA PAPADA; TODO TIENE UN PROPÓSITO

Una de las características que contribuye a la tipicidad y el carácter de ciertas razas de perros es la papada: el pliegue de piel suelta debajo de la garganta y el cuello. Para el observador casual, esto puede parecer una acumulación innecesaria de arrugas, pero de hecho, la papada ha cumplido múltiples funciones vitales a lo largo de la historia canina, desde la protección hasta la mejora del olfato e incluso la adaptación climática.
En algunas de las razas más antiguas y poderosas del mundo, como el Mastín Napolitano, la papada cumplió una función vital. Estos perros, cuyos ancestros sirvieron como perros de guerra y guardianes, se beneficiaban de la capacidad de la piel suelta para proteger la garganta. Si un enemigo o depredador se apoderaba del cuello, los pliegues permitían que la piel se moviera de forma independiente, protegiendo la yugular y otras estructuras críticas de lesiones fatales.


En razas de olfato como el Bloodhound, el Basset Hound y el Clumber Spaniel, la papada evolucionó para una función diferente. La piel suelta y los pliegues abundantes de estos perros ayudan a canalizar las moléculas de olor hacia la nariz. Al respirar, el perro remueve las partículas de olor atrapadas en los pliegues, lo que mejora su capacidad para seguir un rastro. El estándar de la raza del Clumber Spaniel incluso señala que «la presencia de papada no es un defecto», enfatizando que la laxitud funcional de la garganta es intrínseca al propósito de la raza.


En los perros de trabajo del norte, como el San Bernardo, el Malamute de Alaska y otras razas árticas, la papada se desarrolló como una característica esencial de supervivencia. La piel suelta y grasa servía de aislante, protegiendo la tráquea y la parte superior del pecho del impacto del aire helado. Esta capa adicional ayudaba a calentar el aire inhalado a temperaturas superiores al punto de congelación antes de que llegara a los pulmones, previniendo así daños al delicado tejido pulmonar.
Virginia Devaney y Beth Harris, en The Complete Alaskan Malamute, explicaron que esta papada grasa "calienta el aire que desciende a los pulmones" e "impide que el impacto del aire frío entre directamente en el cuerpo". En reposo, la papada suele cubrir el tórax, protegiendo el corazón y los pulmones, y los perros suelen meter las patas delanteras debajo para mantener el calor, evitando así el riesgo de daño muscular antes de volver a trabajar en condiciones de frío extremo.


Aunque en su día fue crucial para la función y la supervivencia, la papada ahora recibe menos atención en los estándares raciales modernos, especialmente en las razas nórdicas, cuyo trabajo tradicional ha desaparecido en gran medida. Sin una presión selectiva activa en los programas de cría, este rasgo distintivo e históricamente útil podría desaparecer de muchas líneas. Algunos argumentan que, si bien su función puede estar obsoleta en el contexto doméstico, la papada sigue siendo una parte importante de la identidad y la fisiología de la raza, y merece ser preservada como un sello distintivo de la historia y el diseño.


Ya sea como armadura, herramienta de olfato o bufanda natural contra el frío, la papada es más que una peculiaridad estética: es un testimonio vivo de la función de la forma a lo largo de siglos de evolución canina. Su presencia nos recuerda que cada pliegue y rasgo en los perros de raza pura tiene una historia, escrita tanto por su propósito como por su belleza.