El artículo de investigación del grupo explica que los perros realmente "escuchan" cuando hablamos, incluso si el discurso no está dirigido a ellos. Según los hallazgos, los perros poseen la capacidad neurológica de filtrar pasivamente la información y las órdenes relevantes para ellos cuando los humanos hablan.
“Los humanos y los perros han vivido en simbiosis durante más de 14.000 años, pero a pesar de nuestro vínculo mutualista, todavía no se sabe con certeza si los perros entienden lo que decimos”, destacan los autores del estudio.
El grupo ha investigado, de esta forma, si los perros pueden identificar espontáneamente contenido significativo en un flujo de habla irrelevante pronunciada con una voz monótona.
“Se reclutó un grupo mixto de perros de diversas razas para el ejercicio, y cada uno fue expuesto a un flujo de habla que contenía tanto órdenes relevantes como información irrelevante, todo expresado en un tono monótono. Sorprendentemente, los perros respondieron consistentemente a las órdenes, demostrando su capacidad para extraer contenido verbal significativo de lo que se decía”, destacan los investigadores.
Normalmente, cuando los humanos se dirigen a los perros, les dan órdenes aisladas con una entonación exagerada, conocidas como lenguaje dirigido al perro (DDS), que proporcionan señales vocales al animal para que preste atención. “Este lenguaje dirigido al perro se asemeja mucho al lenguaje infantil, utilizado con niños pequeños”, afirman.
Las implicaciones de estos hallazgos tienen un alcance expansivo en el campo de las interacciones entre humanos y animales y resaltan que los perros están equipados con la arquitectura neuronal para apoyar el reconocimiento de voz, lo que, según los investigadores, “podría ser ventajoso durante el entrenamiento de perros de servicio”.
“Los perros entienden que decimos su nombre para llamar su atención, y esto casi siempre va acompañado de un registro de voz alegre, similar al de un bebé, porque los perros lo prefieren. Queríamos comprobar si los perros solo respondían a esta voz alegre o si podían reconocer su nombre, incluso cuando estaba oculto en una frase y pronunciado con una voz monótona”, señala Holly Root-Gutteridge, investigadora postdoctoral de la Universidad de Lincoln.
Por otra parte, los autores del estudio han descubierto que los perros podían encontrar su nombre con total claridad cuando se les presentaba de forma monótona y se perdían en un torrente de palabras irrelevantes (un requisito previo para comprender el lenguaje), lo que demuestra su capacidad para escucharnos. A su vez, descubrieron que prestaban a esas palabras familiares aproximadamente el mismo grado de atención que a las palabras sin sentido pronunciadas con la "voz alegre" del DDS, pero menos que si emparejaban su nombre con la voz del DDS.
“Esto significa que nos escuchan constantemente y pueden distinguir su nombre, pero prestarán más atención si les das señales a ambos. Así, si le dices "ven", le prestarás más atención si pareces ansioso por verla”, destacan los investigadores.
“Demostramos que los perros pueden reconocer información del habla que es relevante para ellos en ausencia de la prosodia habitual que usamos cuando nos dirigimos a ellos”, asegura David Reby, líder del proyecto y profesor visitante de la Universidad de Sussex.
“El hecho de que una especie que no habla pueda percibir información verbal básica indica que el habla humana aprovecha capacidades perceptivas presentes en otros mamíferos o que los perros tienen un oído especial para el habla humana como consecuencia de la domesticación”, concluyen los autores del estudio.




