Observar al cachorro sus primeros 4 meses : una de las claves del éxito
Lograr que un perro adquiera una buena conducta requiere una combinación de ciertos elementos :
a ) padres con carácter equilibrado,
b ) presencia de una madre cuidadosa y
c ) hogar con un dueño responsable que le brinde el ambiente y la atención adecuada, consciente de la tremenda importancia que tienen sus primeras 12 semanas de vida, debido a que no existirá una etapa tan determinante en la expresión de su futuro carácter.
La observación del desarrollo de su comportamiento por un médico veterinario atento, será fundamental para detectar y corregir futuros problemas, una buena oportunidad se presenta a los 45 días de su nacimiento, con motivo de sus primeras vacunas.
El desarrollo del sistema nervioso de los futuros cachorros, les permite dentro del útero materno comenzar a percibir en las últimas semanas de gestación, sensaciones táctiles y respuestas de excitación de la madre frente a determinados estímulos, que comienzan a formarlos.
Aunque la mayoría de los dueños no percibe grandes cambios, la maduración del cerebro y el resto de las estructuras nerviosas es tan importante sus primeros 3 meses de vida, que definirá en gran medida, basándose en la información obtenida de su entorno, aliados y enemigos, virtudes y defectos, temores y afectos, aunque sus ojos aún solo puedan distinguir formas sin grandes detalles. Esas conductas elementales, que lo guiaran el resto de su vida son incorporadas en momentos determinados llamados “períodos sensibles”, ganar o perder esos aprendizajes lo afectarán, beneficiándolo o perjudicándolo para siempre.
En este delicado proceso de socialización, el animal muestra las características de su propia individualidad interactuando con los individuos y las circunstancias del medio, de lo que dependerá su adaptación para una convivencia armoniosa.
Entre las 3 y 12 semanas de vida el cachorro debe ser correctamente tratado para que se convierta en un animal de compañía que actúe en forma segura dentro del marco familiar. En la naturaleza, esta educación “social” es impartida por la madre y su grupo, quienes enseñan al cachorro a reconocer su propia especie, hacer un manejo correcto de la presión de mordida, rituales de sumisión y advertencia, o el rango que ocupa en ese momento. Estos comportamientos necesitan ser enriquecidos y perfeccionados a través de juegos con sus hermanos y los seres que lo rodean.
En el mundo de las mascotas, generalmente separadas prematuramente de los suyos, la introducción, educación y adaptación a las reglas de su nueva “jauría” (la familia humana ) es competencia de sus amos, generalmente sobreocupados y totalmente ajenos a los detalles de sus procesos comportamentales, por lo que el asesoramiento, elección y consejos del médico veterinario, evaluando su cachorro antes de los 4 meses de vida, es importante para cumplir con éxito nuestro objetivo : ayudarlo a que Usted, su familia y su perro disfruten una relación segura y toda una vida juntos.
Disfrutémoslos responsablemente.