Si antes de que nazca ya hemos decidido que algunas normas serán diferentes cuando tengamos al bebé, lo mejor es empezar a hacer los cambios lo antes posible. Así el perro se va acostumbrando y no los asocia directamente con el recién nacido.
Al volver del hospital, habrá que hacer la presentación “oficial”, lo que llevaremos a cabo con calma y tomándonos el tiempo que haga falta. Lo podemos hacer acercando al perro el niño en brazos o dejando al bebé en el suelo. En ambos casos, el perro le olerá y le integrará como parte del grupo. Después iremos enseñando al perro las nuevas rutinas de la familia en cuanto a las comidas, los paseos, etc., pero, por supuesto, nunca se dejará al bebé a solas con el perro sin vigilancia.
Publicado en Royal Canin