¿Qué es una otitis?
La otitis es una inflamación del oído que puede estar provocada por diferentes causas que veremos más adelante. En función de la parte del oído que esté afectada, hablaremos de otitis externa, otitis media o bien, de otitis interna.
La otitis externa es la inflamación del pabellón auricular y el conducto auditivo externo, que es lo más frecuente. Los otros dos tipos, otitis media e interna, por norma general, suelen ser complicaciones de una otitis externa.
¿Cómo puedo saber si mi mascota tiene otitis?
El veterinario es quien debe decir si tiene otitis o no, pero es bueno que sepamos reconocer cuando es posible que nuestro animal padezca esta enfermedad para poder actuar cuanto antes.
Un perro o gato que está inquieto, sacude mucho la cabeza, se rasca las orejas, se le ven las orejas muy sucias, le huelen mal e incluso se queja si se le tocan es un firme candidato a sufrir una otitis externa. En ocasiones se llegan a producir heridas de tanto rascarse.
¿Qué provoca una otitis?
Las causas de una otitis externa son muy variadas, pero las resumiremos en 4 grupos: infección por bacterias; por hongos; por parásitos y cuerpos extraños (espigas, arena de playa, etc) que entran en el oído.
Además, existen una serie de factores que favorecen la aparición de una otitis, que son:
- Tener los oídos sucios, ya que la cera es un excelente caldo de cultivo para bacterias y hongos.
- Tener los oídos peludos. Hay algunas razas de perro (Caniche, West Highland White Terrier, etc.) y algunos gatos que tienen mucho pelo en el conducto auditivo, lo que favorece la retención de cera.
- En los perros, el hecho de tener una oreja grande y que cuelgue (como en el caso del Cócker). Esto hace que entre menos aire en el oído y favorece las infecciones.
- Baños excesivos o vivir en climas muy húmedos, ya que provoca un ablandamiento de la piel del conducto auditivo.
- Padecer alergia o enfermedades que provoquen una disminución de las defensas del animal
¿Qué debo hacer si mi mascota presenta estos síntomas?
Lo primero es acudir a su veterinario. Examinará a su animal para averiguar cuál es la causa de la otitis y decidirá el tratamiento adecuado.
Por norma general, estos tratamientos consisten en la aplicación en los oídos de dos productos: un limpiador
y otro con el medicamento apropiado a cada caso. Usamos el limpiador para deshacernos de la cera y evitar así que la otitis pueda avanzar. El segundo producto será distinto en función de lo que la esté provocando.
Desgraciadamente, no siempre es así de sencillo. En más ocasiones de lo que pensamos las otitis se complican, teniendo entonces que recurrir a pruebas de laboratorio, como son los cultivos de la cera o los antibiogramas. Este tipo de pruebas nos indican qué microorganismo está creciendo y qué tipo de medicamento se debe utilizar para controlarlo. En estos casos es cuando recurrimos a tratamientos por vía oral.
En cualquier caso, es muy importante que el propietario colabore para obtener buenos resultados. Para ello deberá seguir fielmente las instrucciones de su veterinario, y tener en cuenta que si no se hace correctamente la otitis puede complicarse.