Teo llega hoy a la oficina con un humor de perros:
 es decir, que saluda a todos sus compañeros de trabajo moviendo 
frenéticamente la cola. Su jornada laboral consiste básicamente en 
recibir palmaditas en la espalda sin pasar un solo informe. Eso sí, es 
el único que puede garantizarle al jefe que va todo el día con la lengua
 fuera. Apenas levanta un palmo del suelo y sabe poner la mirada del gato de ‘Shrek’ aun siendo perro. Hace tiempo que madruga como cualquier humano para venir a este espacio de ‘coworking’: Blitz Gràcia.
 Aquí el tecleo de los ordenadores suena a diario con soniquete de 
pezuñas de fondo. Los días de perros así se llevan mejor, aseguran sus 
colegas de trabajo. “Trabajas más feliz”, asiente la dueña de Teo, Saray Mate,
 una de las fundadoras de Blitz. “En un momento de estrés, tocas al 
perro o lo sacas, y vuelves de otra manera”. Han llegado a tener hasta 
cuatro mascotas fichando a diario. 
 
 
Sin
 salir de este edificio de Gràcia, solo bajando al segundo piso, se 
pueden ver más caras de perros en la oficina sin tirar de metáfora. 
“Normalmente vienen de 2 a 4 perros a diario”, explica Carlota Valls, de The Mamasú Agency.
 “Fomenta la buena relación entre compañeros –asegura-, ayuda a 
desconectar durante la jornada laboral y, como propietario, te da 
tranquilidad saber que está contigo y no tienes que correr para llegar a
 casa a sacarlo”.
 
 
“Debería haberse hecho siempre”, añade Marc Navarro con Sparrow en brazos, el ‘frenchie’ con el que comparte piso y espacio de 'coworking'. “En el Crec estudiamos
 caso a caso y siempre hay una premisa básica: los perros tienen que 
portarse bien”. Además de Sparrow, tienen otra perrita residente 
habitual: Molly. “Saluda a la gente cuando entra, viene a verte, se 
tumba a tu lado… -describe Marc-. La ves feliz y hace feliz a la gente”.
 En la sede barcelonesa de Airbnb también te puedes topar con inquilinos a cuatro patas: Nela, Beta y Robe se llaman sus tres perros currantes.
 
 
 
UN CONCEPTO AÚN INCIPIENTE EN ESPAÑA
 
Todas son oficinas ‘dogfriendly’,
 un concepto que empieza a extenderse en los trabajos barceloneses, 
aunque aún con bastante timidez. “Todavía es algo muy incipiente en 
España, si lo comparamos con EEUU”, apunta Micaela de la Maza, fundadora de SrPerro.com. Le da la razón un informe de la American Pet Products Association
 que comparte en su web: “2,3 millones de perros [estadounidenses] 
acompañan a sus humanos a trabajar todos los días”. Incluso hay un día mundial de llevar el perro al trabajo (el 24 de junio). ¿Las ventajas? “Muchas”, contesta Micaela. Remite a un extenso ‘post’
 de SrPerro.com en el que enumera todos estos beneficios: “Aminora la 
ansiedad y el estrés, y no solo de sus dueños, también del resto. Ayuda a
 regular la tensión arterial (al acariciarlo). Fomenta la creatividad. 
Fomenta la buena relación entre compañeros en la oficina. Mayor 
satisfacción laboral, lo que puede traducirse en mayor productividad. 
Menos gastos para el dueño del perro (lo que seguro le hace aún más 
feliz), dado que se ahorra al paseador, la guardería… Y eso, por no 
mencionar los beneficios para el perro, un animal gregario que no lo 
pasa bien solo, por mucho que nos empeñemos en ignorar ese detalle”.

 
 
 
Las
 oficinas que más fomentan en Barcelona este afán ‘petfriendly’ son 
-claro- las de las compañías de comida para mascotas. Purina y Affinity 
practican con el ejemplo.
 
Affinity cumplió
 en junio su segundo año de “mascotas en la oficina”. Los perros hasta 
asisten a las reuniones con sus dueños. Pueden acomodarse junto al 
ordenador de su respectivo humano o socializar con otros canes en la ‘doggy zone’,
 donde también hay mesas de trabajo. ¿Las únicas condiciones? “No dejar 
solo al animal, sacarlo a pasear y mantener la limpieza”.
 
 
Purina presentó en abril el programa Pets@Work.Ya
 suelen ir de manera fija a sus oficinas entre 5 y 6 perros. En la nota 
de prensa, la compañía echaba mano de un estudio de la Universidad de 
Virginia: “Los empleados que tienen perros en la oficina tienden a 
acumular menos estrés a lo largo de la jornada que los que no tienen 
perros en su lugar de trabajo”. La presencia de perros, añadían acto 
seguido, “aumenta la moral y la productividad”. Desde luego garantiza 
que al hacer tu trabajo siempre escuches algún “¡guau!”. 
 
Moraleja: ¿de verdad sigue creyendo que tiene un trabajo de perros?
Publicado en El Periodico