No tengo la menor duda de que las mejores campañas fomentando la adopción y luchando contra el abandono y el maltrato animal proceden de la fundación Affinity. De ellos era el famoso cartel del mastín en medio de la carretera que se nos quedó a toda España grabado en la memoria en 1988, un año en el que lo de la protección animal sonaba a chino mandarín a una mayoría de la población. De ellos proviene también el único informe fiable que tenemos con datos de abandonos y hay que agradecérselo.
Estas navidades han vuelto a insistir en algo que no debería ser necesario a estas alturas ni recordar, que los perros y gatos no son un juguete. Pero la realidad del abandono en perreras y protectoras deja claro que sigue siendo necesario hacerlo (casi 14.000 sacrificios constatados en 2015 en España, muchos más en realidad). Aunque en realidad una mayoría de esos abandonos no estén vinculados al regalo navideño, casi la mitad de los animales abandonados fueron un regalo.
Efectivamente, los perros y gatos rompen, manchan, nos hacen cambiar de planes, cuestan dinero… Aportan mucho a aquellos que los amamos, pero no son un peluche inerte. Hay que pensar bien varias veces si estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de acoger un animal en nuestra familia
Comienza la Navidad y con ella la época de sorprender y de ser sorprendidos. Llega el momento de pensar en regalos para nuestros seres queridos y aún hay muchas personas que piensan: ¿qué mejor regalo que un cachorro? Pero lo que hoy parece el obsequio ideal puede convertirse en un problema tanto para el animal como para la persona que lo recibe.
Este es el punto de partida de la campaña de Navidad de la Fundación Affinity #NoSonUnJuguete, que habla de que un ser vivo no debería ser regalado como si fuera un objeto cualquiera y que tiene el objetivo de concienciar en estas fechas sobre las nefastas consecuencias que puede tener regalar animales.
Según revela un estudio de la Fundación Affinity, casi un 40% de los animales de compañía llegan a los hogares españoles en forma de obsequio. Por ello, Fundación Affinity pretende crear conciencia y llevar a la reflexión antes de decidirse a compartir la vida con un perro o un gato con el fin de evitar futuros abandonos.
Para trasladar este mensaje, Fundación Affinity ha creado una historia que ilustra con un tono amable y cercano las luces y sombras de lo que significa convivir con un perro. Según señala Isabel Buil, directora de Fundación Affinity, “queríamos contar una historia que conectara con la gente, que tuviera emoción y que al mismo tiempo llevara a la reflexión a aquellas personas que quizás estén pensando en un cachorro como regalo de Navidad. Convivir con un perro o un gato es una decisión tan importante que nadie más la puede tomar por uno mismo”.
También sabemos que el impulso juega un papel importante en la elección del animal, y es que un 34% de los propietarios españoles confiesa que se dejó llevar por razonamientos emocionales y/o visuales a la hora de decidirse por su perro o gato. En el caso de los niños, aunque el 98% de los niños asegura tener claro que los animales no son juguetes, un 50% de ellos reconoce haber pedido a Papá Noel o a los Reyes Magos un perro o un gato en algún momento de su vida.
Según Isabel Buil, “que nuestros hijos pidan un perro o gato como regalo de Navidad es perfectamente normal pero no quiere decir que tengamos que comprar o adoptar uno automáticamente, sino que tenemos que meditar bien la decisión antes de dar el paso. Probablemente, desvincular esta decisión de una época de regalos y sorpresas como es la Navidad, sea una buena forma de dejar el impulso a un lado”.
Una decisión meditada
Fundación Affinity recomienda hacer una reflexión antes de decidirse a compartir la vida con un perro o gato. Para esto es importante cumplir con los siguientes puntos clave para asegurarnos que la relación con ellos será estable y duradera, y no terminarán abandonados ni en centros de acogida:
1. Compromiso. La convivencia con un animal de compañía es a largo plazo y nuestro compromiso con él tiene que ser durante toda la vida del animal, esto es entre 12 años y 15 años de media.
2. Decisión y reflexión. Debemos valorar qué supondrá para nosotros incorporar un animal en nuestras vidas y no dejarnos llevar por un mero impulso inicial sino que la decisión debe ser meditada y consensuada entre todos los miembros de la familia.
3. Aprendizaje e Información. Antes de empezar a vivir con un animal tenemos que conocer y asumir las obligaciones y responsabilidades que ello supone. Del mismo modo, debemos saber qué cuidados necesitará y cuáles serán sus rutinas.
Publicado en 20minutos