HOLA AMIGOS


Bienvenidos a mi blog. Este será un sitio dedicado a la raza que me apasiona, el cocker spaniel ingles, y en general a todos los perros, con raza o sin ella. Aquí iré colgando temas relacionados con ellos, con los cocker y todo aquello que me parezca interesante, sobre veterinaria, etología etc...

Encontrarás que algunos artículos sobre el cocker son un poco técnicos, pero la mayoría son para todos los públicos. ¡No te desanimes !



Agradecimiento:

Me gustaría agradecer a todas las personas que nos han ayudado, explicado y aguantado tantas y tantas cosas, y que han hecho que nuestra afición persista.

En especial a Pablo Termes, que nos abrió su casa de par en par y nos regaló jugosas tardes en su porche contando innumerables “batallitas de perros”. Suyas fueron nuestras dos primeras perras y suya es buena parte de culpa de nuestra afición. A Antonio Plaza y Alicia, también por su hospitalidad, su cercanía, y su inestimable ayuda cada vez que la hemos necesitado. También por dejarnos usar sus sementales, casi nada. Y a todos los criadores y propietarios que en algún momento, o en muchos, han respondido a nuestras dudas con amabilidad.

Y, por supuesto, a Rambo, Cibeles y Maripepa, a Chulapa y Chulapita, y a Trufa, como no, y a todos los perros con pedigrí o sin el, con raza o sin ella por ser tan geniales.

Muchas gracias


Te estaré muy agradecido si después me dejas tus impresiones en forma de comentario.

Espero que te guste y que vuelvas pronto.



PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE BLOG NINGÚN ANIMAL FUE MALTRATADO




viernes, 11 de diciembre de 2020

EL DUELO DE PERDER A UN ANIMAL

La ciencia lo tiene claro, el vínculo que se crea con las mascotas (especialmente con gatos y perros) se basa en químicas similares a las de las relaciones humanas, según demuestra un estudio publicado en la revista Science, en el que los autores descubrieron que personas y animales se unen emocionalmente del mismo modo que humanos con humanos: mirándose a los ojos. Las miradas mutuas aumentan los niveles de oxitocina en dueños y mascotas, y los perros son capaces de oler la oxitocina, lo que les hace buscar miradas cómplices y transferir esa búsqueda a sus dueños. Un bucle de miradas placenteras que todo el que ha tenido un perro puede reconocer.


Pero una cosa es el amor, que no tiene fronteras (ni especie), y otra cosa es la biología. Lo normal es que los humanos sobrevivamos a los perros y gatos. Si la mascota es un miembro más de la familia, ¿puede el dolor de su inevitable pérdida ser el mismo que cuando perdemos a un ser querido? Mateu-Mollá responde con un rotundo sí. "Lo puedo confirmar a partir de mi experiencia en el ámbito clínico: las personas podemos vernos inmersas en un proceso de duelo cuando perdemos a un ser querido que no solo es una mascota, sino también un amigo", aunque matiza que los límites entre el duelo normal y el patológico son difusos. "Las dimensiones cuantitativas (el tiempo necesario para la resolución) y cualitativas (la experiencia íntima del proceso) del duelo están bruñidas de una indisociable individualidad, por lo que no resultaría conveniente fijar de antemano ante qué tipo de pérdidas debería este tener lugar".


El estudio de Owens y Grauerholz abre una nueva conversación sobre los modelos familiares contemporáneos. Y aunque "no se pueden obtener demasiadas conclusiones a nivel explicativo, dada su naturaleza cualitativa", apunta Polín, "el trabajo es muy valioso por la visibilidad que proporciona a las relaciones familiares interespecie, así como por el hecho de que incide en la necesidad de explorarlas académicamente. Dada la relevancia social que están adquiriendo, considero que es necesario generar conocimiento de calidad con respecto a estos fenómenos".